Se conoce como bartolinitis a la inflamación de las conocidas como glándulas de Bartolino. Las glándulas de Bartolino se describieron por primera vez en 1677 por un anatomista holandés llamado Caspar Bartholin, de ahí su nombre. Son dos glándulas localizadas a los lados de la vagina, entre ésta y los labios mayores. Tienen un tamaño de medio centímetro y segregan moco a través de un conducto de un par de centímetros para lubricar la entrada de la vagina.
Estas glándulas se pueden inflamar sobre todo en las mujeres en edad fértil más jóvenes por obstrucción del conducto por el que sale el moco. A veces no sólo se forma un quiste por la inflamación de la glándula y el acúmulo de moco, sino que si entran bacterias en él, éste se puede infectar y formar un bulto muy doloroso en el interior de los labios mayores, produciendo unas intensas molestias en la zona.
Afortunadamente es una situación de diagnóstico bastante sencillo y con un tratamiento en general bastante eficaz. A veces unas simples medidas terapéuticas en el propio domicilio pueden ser suficientes en los casos más sencillos; pero otras veces, cuando hay infección, puede ser necesario recurrir al uso de técnicas quirúrgicas locales de drenaje y al uso de antibióticos.
Cuando se produce una inflamación de las glándulas de Bartolino en mujeres mayores de 40 años, sobre todo si ésta no es dolorosa, y el bulto va aumentando de tamaño de forma progresiva, es cuando hay que consultar con el ginecólogo de forma invariable para la realización de una biopsia para descartar que haya un tumor maligno.
Por suerte esto es poco frecuente y la inmensa mayoría de los casos son situaciones benignas que se resuelven sin complicaciones.
Tratamiento de la bartolinitis
Si la bartolinitis no es infecciosa y el quiste es pequeño, se puede tratar con baños de asiento varias veces al día en agua tibia.
Si la glándula no está infectada y el quiste es pequeño y no produce molestias, a menudo no se requiere un tratamiento específico para la bartolinitis. En estos casos puede ser suficiente con una serie de medidas básicas como los baños de asiento varias veces al día en agua tibia. Si hay algo de dolor se puede tomar paracetamol o un antiinflamatorio como el ibuprofeno. Las compresas calientes aplicadas en la zona varias veces al día también pueden ayudar a acelerar la resolución del cuadro.
Si la glándula de Bartolino está infectada y el absceso es pequeño, las medidas comentadas pueden hacer que se abra y que se drene solo, aunque es frecuente que reaparezca. Por ello, en estos casos –y desde el inicio del cuadro cuando el absceso es grande, doloroso o se acompaña de fiebre– se realiza un tratamiento específico con un drenaje quirúrgico. Se realiza bajo anestesia local porque se otro modo resultaría muy doloroso. A veces puede ser necesaria una sedación suave para realizar el procedimiento.
Además de la incisión para el drenaje del absceso, se pueden realizar diversas técnicas para asegurar la curación de la bartolinitis. Se puede realizar una limpieza extensa de la zona, o bien dejar colocado un catéter durante unas semanas para que al absceso continúe drenándose mientras se cicatriza la zona de la incisión de dentro afuera. En otras ocasiones hay que llevar a cabo una técnica que se llama marsupialización en la que se deja una abertura permanente para que la glándula pueda drenar.
Mientras la glándula se mantenga abierta o con el catéter se debe tener especial cuidado con la higiene de la zona, con baños de asiento, y además evitar las relaciones sexuales. Adicionalmente se administrarán antibióticos por vía oral y a veces por vía tópica. Si se sospecha o se confirma una enfermedad de transmisión sexual también habrá que tratarla de forma específica. A menudo es necesario mantener un tratamiento analgésico hasta la curación.
Otros tratamiento más modernos que se han propuestos para la bartolinitis son el tratamiento con láser de dióxido de carbono o la escleroterapia con alcohol. La ablación de la glándula con nitrato de plata es otra opción que en algún estudio pequeño ha dado buenos resultados.
Prevención de la bartolinitis
Realmente no hay ninguna medida concreta que permita evitar la bartolinitis, aunque es importante que la higiene de la zona íntima sea adecuada, pero sin utilizar productos excesivamente irritantes. Es mejor utilizar ropa interior de algodón y cambiar ésta a diario.
Si no se tiene una pareja estable se deben utilizar preservativos para evitar las enfermedades de transmisión sexual. Si aparece un bulto en la zona lateral de la apertura vaginal que no desaparece en dos o tres días se debe consultar al médico, y hacerlo de forma inmediata si se acompaña de dolor intenso o fiebre alta.