(CNN) - Kalya Rahn no estaba embarazada. Ni siquiera tenía "un bebé de comida". Lo que esta mujer de 30 años tenía era un quiste en el ovario de 22 kilogramos, y aunque fue exitosamente removido, quedan en el aire las preguntas de por qué no fue detectado durante tanto tiempo.
La mujer de Alabama empezó a subir de peso a mediados de 2017 a pesar de no hacer grandes cambios en su dieta, aunque en principio ella pensó que su reciente cambio a un trabajo de escritorio tenía la culpa.
Las tareas que antes eran simples, como ponerse los zapatos, se volvieron cada vez más imposibles, mientras luchaba tomando aire y doblándose. Unos meses después, empezó a experimentar dolor y notó que su estómago se puso duro. Desconocidos empezaron a preguntarle si estaba embarazada —e incluso le llegaron a preguntar si era que estaba esperando gemelos— y ocasionalmente le acariciaban el vientre.
Los médicos le decían que lo que ella necesitaba era bajar de peso. Rahn lo intentó, pero a pesar de sus esfuerzos para comer sanamente e ir al gimnasio, siguió ganando peso. Cuando salía a hacer ejercicio, rápidamente perdía la respiración. Ella dijo que habló con cuatro médicos y ninguno de ellos identificó la masa que estaba creciendo en su ovario.
El doctor Gregory Jones, médico del Hospital Montgomery Jackson, dice que cree que es justo calificar esto como "un error".
"Ciertamente, algo de esta naturaleza que no es identificado después de exámenes repetidos, es un error", dijo antes de recordar algo: "Los médicos fallan. Lo hacemos de vez en cuando; somos humanos. Sin embargo, todos trabajamos fuertemente para cuidar a nuestros pacientes".
Sin embargo, Jones y el equipo del Jackson Hospital no fallaron. Cuando la mamá de Rahn la obligó a ir a la sala de emergencia la noche del 25 de mayo, el doctor Richard Sample "la escaneó y el diagnóstico fue dado muy rápido", dijo Jones.
Desde entonces, Jones y el cirujano general Reza Seirafi se encargaron y Rahn fue operada el 26 de mayo. Jones estima que la cirugía no duró más de una hora y media. Cuando terminó, removieron un Cistoadenoma Mucinoso de 22 kilos, que Jones dijo es un tipo de quiste conocido por "producir grandes masas en la pelvis".
"La parte inusual de esto es el tamaño y el volumen de la masa y que había estado sin ser identificada durante tanto tiempo", dijo ella.
Rahn también estaba asombrado por el tamaño del quiste —al que ella nombró "Juicy Lucy"— cuando finalmente lo vio.
"Ellos me dijeron que básicamente era del tamaño de una sandía", dijo la mujer de lo que sabía antes de la cirugía. "Sabía que era grande, pero no esperaba que fuera así de grande. Hay diferentes tamaños de sandías, ¿sabes?".
Desde que le fue removido el quiste, Rahn dice que su vida ha mejorado. Ahora puede ponerse sus zapatos e incluso elegir los que quiera usar, una oportunidad que le fue robada cuando sus piernas se hincharon antes de que el quiste fuera removido.
El futuro es brillante para Rahn, pero ella y Jones tienen algunos consejos para las personas que puedan estar en una situación similar, que no hayan podido tener respuestas definitivas respecto a sus problemas médicas.
Pide una segunda opinión
"Amo cuando mis pacientes hacen esto", dijo Jones, agregando que una segunda opinión puede dar un gran retroalimentación no solo a los pacientes, sino también a él.
Rahn fue cuidadosa al dar este consejo, diciendo que "si ves un doctor y no estás recibiendo respuestas apropiadas, ve a otro doctor".
Ten un acompañante en las citas médicas
Jones señaló que un amigo o un familiar "pueden dar un punto de vista que a veces tú no estás dando", cuando se trata de tus síntomas o antecedentes.
Escribe todo de antemano
"Escribir cosas antes de una cita es muy importante", dice Jones. "Organizar tus pensamientos para tu comunicación" te ayudará a señalar cada punto que desees durante tu cita y te ayudará a no olvidar nada que pueda ayudarte a obtener un diagnóstico preciso.