La inmunoterapia T CAR es MUY eficaz en el tumor cerebral más común y letal

Distintos estudios han mostrado la eficacia de la inmunoterapia con linfocitos T CAR, para distintos tipos de cáncer de la sangre, y más recientemente la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) la aprobó para el tratamiento de menores y jóvenes con leucemia linfoblástica aguda (LLA) refractaria.

Se sabe también fue funciona, el mieloma múltiple y, sobre todo, las leucemias, pero este tipo de inmunoterapia experimental –o no tan ‘experimental, también es muy prometedora para el abordaje de muchos tumores sólidos.

Así lo muestra un nuevo estudio dirigido por investigadores del Centro Oncológico Integral Lineberger de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (EE.UU.), en el que se muestra que la terapia con linfocitos T CAR es también eficaz en el abordaje del glioblastoma multiforme, el tumor cerebral más común y letal.

Gianpietro Dotti, director de esta investigación publicada en la revista «Science Translational Medicine», explica que «el glioblastoma es un tumor cerebral con unas probabilidades ciertamente bajas de ser curado con las terapias actualmente disponibles.

No obstante, ahora contamos con una nueva vía potencial para tratar estos tumores utilizando el propio sistema inmune del paciente».

En busca del antígeno adecuado
El glioblastoma multiforme es un tumor que, dada su localización, resulta muy difícil de extirpar en el quirófano. Y a ello se aúna que se trata de un tipo de cáncer con una elevada resistencia a la quimioterapia y la radioterapia.

El resultado es que, aún a día de hoy, la supervivencia media de los pacientes no supera los 15 meses. En consecuencia, necesitamos tratamientos más eficaces frente a este tumor. Y con urgencia.

En este contexto, debe tenerse en cuenta que las células del glioblastoma expresan en su superficie una glicoproteína que, denominada ‘condroitín sulfato proteoglicano 4’ (CSPG4), no se encuentra en las células sanas.

Tal es así que este CSPG4 se presenta como una diana potencial para los linfocitos T CAR, pero esta nueva terapia, ¿en qué consiste?

Se trata de una ‘transferencia adoptiva de linfocitos T’ o T CAR, también denominada ‘terapia con células anticancerígenas T’, es un tipo de inmunoterapia para el cáncer en la que se extraen linfocitos T del propio paciente, se cultivan en el laboratorio y, una vez alcanzan un número considerable, se vuelven a introducir –o según la terminología científica, ‘transferir adoptivamente’– en el enfermo para que combatan el tumor.

Una terapia que, entre otras ventajas, permite que linfocitos extraídos para su cultivo sean manipulados genéticamente con objeto de potenciar su actividad anticancerígena.

Lo que se hace es añadir a estos linfocitos un receptor de antígeno quimérico –o ‘CAR’– específicamente diseñado para rastrear y destruir a un invasor –o ‘antígeno’– específico, en este caso la glicoproteína CSPG4 que se encuentra en las células tumorales.

La probabilidad de curar el glioblastoma multiforme con las terapias actualmente disponibles es muy baja
Y llegados a este punto, ¿a nadie se le había ocurrido utilizar la T CAR en el glioblastoma? Pues sí. El problema es que los antígenos empleados hasta el momento no eran ‘demasiado’ eficaces.

Por ejemplo, la variante III del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR III), que si bien también se encuentra en las células del glioblastoma, no es expresado por un número ‘suficiente’ de estas células cancerígenas.

Como indica Gianpietro Dotti, «sabemos que los linfocitos T CAR pueden funcionar en el glioblastoma porque contamos con evidencias de trabajos desarrollados por otros investigadores, pero el problema es que los antígenos empleados en estos estudios han sido ‘subóptimos’.

Sin embargo, nosotros hemos identificado una diana con una expresión muy elevada en el glioblastoma. Así, el punto crítico es que el antígeno se encuentre expresado en un gran porcentaje de células tumorales y no en las células sanas del cerebro.

Y lo que hemos visto es que el antígeno CSPG4 es expresado de forma muy notable en el 67% de las muestras tumorales que hemos analizado. Y además, esta diana también se expresa en las células madre del tumor, que deben ser abordadas porque son muy probablemente las responsables de la recurrencia del cáncer. Si no las tratamos, volverán».

Aún habrá que esperar
La pregunta entonces es: estos linfocitos T CAR específicos del antígeno CSPG4, ¿funcionan? Pues sí. Los resultados han mostrado su eficacia a la hora de eliminar a las células del glioblastoma en cultivos de laboratorio. Todo ello, además, sin afectar a las células sanas. Y asimismo, estos linfocitos T CAR también han sido capaces de prolongar la supervivencia y controlar el crecimiento tumoral en modelos animales –ratones– con glioblastoma.

Como refiere el director de la investigación, «nuestra estrategia ha mostrado un efecto muy potente en estudios murinos e in vitro. Es cierto que no logramos curar todos los tumores, pero pensamos que es muy prometedora en monoterapia, si bien también puede ser evaluada en combinación con otros tratamientos experimentales».

Y esta terapia, ¿para cuándo estará disponible en la práctica clínica? Pues primero hay que evaluar su eficacia y, sobre todo, su seguridad, en ensayos clínicos con pacientes humanos, lo que los autores planean llevar a cabo en un futuro muy inmediato.

Gianpietro Dotti, concluye que  «nuestro Centro ya tiene en marcha ensayos clínicos con inmunoterapias T CAR en pacientes con enfermedades oncohematológicas, pero nuestra intención es ampliar este enfoque terapéutico a los tumores sólidos. Y en este sentido, el glioblastoma es uno de los tumores que estamos planteando tratar en un futuro próximo».

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