Los pulmones son practicamente la vida del sistema respiratorio. El aire que entra por la nariz o boca viaja por la tráquea hasta llegar a cada uno de los bronquios y, finalmente, alojarse en los pulmones.
Cuando aspiras, estos órganos se llenan de aire. De esta manera adquirimos oxígeno.
Cuando dicho aire se libera se produce lo que conocemos como dióxido de carbono, pèro ¿cómo se produce el cáncer?
Todo inicia en las células que se encuentran en los tejidos y órganos del cuerpo, en este caso, los pulmones.
Las células se dividen para formar nuevas células. Cuando estas se dañan o envejecen, son reemplazadas por otras.
Sin embargo, algunas veces este proceso se descontrola, es decir, hay un exceso de renovación de células. Por lo tanto se forman tumores.
El cáncer de pulmón de células no pequeñas es el tipo más común.
Tipos de cáncer
Las células no pequeñas se clasifican en diferentes clases, según la apariencia que tengan bajo el microscopio:
Carcinoma de células escamosas: Este tipo de cáncer se origina en las células escamosas, es decir, células delgadas y planas similares a las escamas de pescados. Médicamente se conoce como carcinoma epidermoide.
Carcinoma de células grandes: Se origina en varios tipos de células grandes.
Adenocarcinoma: Surge en las células que recubren los alvéolos y fabrican sustancias como el moco.
Tipos no comunes: Tumor carcinoide pleomórfico, carcinoma de la glándula salival y el carcinoma no clasificado.
Factores de riesgo
Las personas que fuman tienen un 90% de probabilidad de padecer cáncer de pulmón.
No podemos olvidar que respirar el humo secundario es como si estuvieras fumando.
Inhalación de sustancias como el arsénico, silicio o cromo.
Diagnóstico
No se ha podido delimitar un cuadro clínico específico para el diagnóstico de cáncer pulmonar.
Sin embargo, sobresalen los siguientes síntomas:
Tos constante o que empeora
Dolor en el pecho
Problemas para respirar
Tos con sangre, flema con un tono similar al metal oxidado.
Fatiga todo el tiempo
Pérdida de peso sin razón aparente
Infecciones como bronquitis y neumonía recurrentes
Silbido en el pecho
Si se propaga en el resto del cuerpo el paciente puede experimentar lo siguiente:
Coloración amarillenta en la piel, debido a que el cáncer está en el hígado
Dolor en los huesos
Debilidad en las piernas y brazos
Protuberancias en los ganglios linfáticos por la acumulación de células en el sistema inmunitario
Si lo signos continúan por más de tres semanas es indispensable que el paciente acuda al médico para realizarse una radiografía en el área del tórax.
Posteriormente, con los resultados, se realiza una historia clínica de manera minuciosa, un examen físico y otras pruebas de laboratorio.
Detección
Consiste en la búsqueda de la enfermedad antes de que el paciente presente algún síntoma.
Examen físico: El médico revisa el estado de salud del paciente en forma general, ve si hay nódulos u otro signo fuera de lo regular. Se toman en cuenta los hábitos, antecedentes y tratamientos de enfermedades anteriores.
Pruebas de laboratorio: En este caso se toman muestras de sangre, orina, tejido y otras sustancias que arrojen resultados.
Imágenes: Es un procedimiento que permite capturar las áreas internas del cuerpo.
Pruebas genéticas: En estas pruebas se buscan mutaciones de genes que puedan estar relacionados con diferentes tipos de cáncer.
Nota: Es importante que un médico autorice el procedimiento para detectar el cáncer, puesto que no todas las pruebas son útiles y, además, presentan riesgos para el paciente.
Existen distintos tratamientos para tratar el cáncer de pulmón, según la gravedad y el área dañada. Estos son los más comunes:
Cirugía: Se realiza una operación que retira el tejido canceroso.
Quimioterapia: Es la aplicación de medicamentos con pastillas o vía intravenosa que busca reducir o eliminar el cáncer.
Radioterapia: Se ataca el cáncer por medio de radiación de alta intensidad.
Terapia dirigida: Uso de medicamentos para bloquear la propagación de células cancerosas.
Prevención
Evita el humo del tabaco
Aumenta la ingesta de frutas y verduras
Haz ejercicio de manera periódica
No cocines con leña, ya que las sustancias que se liberan son dañinas
Aléjate de las zonas de alta industrialización
Reduce el consumo de alcohol
Acude a tu chequeo médico anual para detectar cualquier anomalía
RECUERDA SIEMPRE QUE MAS VALE PRECAVER QUE LAMENTAR