El homenaje que Shantell Banks le realizó a su hijo Alton Banks, muerto el pasado 23 de junio (Facebook)
El sur de Florida no sale de su conmoción. Un niño de 10 años, llamado Alton Banks, se convirtió en la víctima más joven por sobredosis de opioides.
El pequeño cursaba quinto grado en la escuela Frederick Douglas de Miami, cuya comunidad permanece en shock.
El terrible hecho sucedió el 23 de junio pasado, cuando Alton regresaba a su vivienda en Overtown, Miami, luego de haber pasado una tarde en la piscina comunitaria. Llegó caminando, pero al abrir la puerta de su casa, su madre, Shantell Banks, notó que algo no estaba bien. El niño comenzó a vomitar. Minutos después, se desplomó. Murió camino al hospital.
Alton Banks, hace unos años (Facebook)
Las autopsias mostraron lo que nadie sospechaba: el pequeño de 10 años tenía en su organismo fentanyl, una droga que es 50 veces más poderosa que la heroína pura y 100 veces más que la morfina. Tiene un uso médico: se les provee a aquellos pacientes con cáncer avanzado para aliviar sus dolores. Los narcos la mezclan con heroína, haciendo de ella un cóctel mortal.
El de Overtown es uno de los barrios más castigados por la epidemia de los opiáceos en Florida. La droga es tan nociva que 300 personas murieron en 2016 por sobredosis. Incluso, perros entrenados para hallar drogas enfermaron gravemente al olerlas en operativos.
Pastillas de la droga incautada en la frontera entre México y los Estados Unidos (DEA)
Los investigadores, sin embargo, no pueden determinar cuándo Alton estuvo en contacto con el estupefaciente que llega desde México y que preocupa a las autoridades sanitarias de los Estados Unidos. Los detectives llevan tres semanas tratando de establecer si el pequeño la ingirió durante su estadía en la piscina o camino a su casa. Eso sí: descartaron que fuera en su vivienda.
Alton Banks con su hermano mayor. La comunidad de Overtown no sale de su conmoción por la muerte del pequeño de 10 años (Facebook)
"Estaba jugando en la calle, como querríamos que hiciera cualquier niño. Esperamos con ansia que alguien dé un paso al frente y nos ayude a resolver esta terrible muerte", dijo la fiscal Katherine Fernández Rundle. Y añadió: "Pudo ser por tocarla, simplemente. Podía haber estado en la toalla de la piscina. No sabemos".
Para el profesor Gary Franklin, de la Universidad de Washington, "el fentanyl es tan potente que una corriente de aire es suficiente para que se respiren varias dosis mortales".