Desde hace muchos años, el mundo entero se ha sumado a una gran lucha: eliminar la violencia de genero. Sin embargo, este mal está tan esparcido por el mundo que es muy difícil de controlar.
Esta vez, la victima porta el nombre de Paola Mascambruni, una argentina de 38 años de edad. Actualmente es madre de 4 hijos, y sufrió por causa de la violencia de genero.
Todo comenzó en el 2009, cuando concino a Rodrigo Eduardo Picolini. Ellos eran compañeros de trabajo en la Aerolíneas Argentinas, donde se conocieron y enamoraron. Al principio todo parecía ir de maravilla, hasta que Paola salió embarazada. Con tan solo 2 meses de embarazo, ya Rodrigo se había puesto un poco violento.
En una ocasión le arrojó un vaso de cerveza en el rostro cuando discutían. Pero él rebasó los limites cuando la mordió en la mejilla al enojarse con ella en el Mall. Inmediatamente, Rodrigo empezó a llorar y le pidió disculpas, prometiendo que no lo volvería a hacer. Paola lo perdonó y decidió seguir junto a él por el bien del hijo que iba a nacer.
Pero poco después, Rodrigo se volvió a poner violento, la tiró en la cama y le dio varios puñetazos en la cara. Esta fue la gota que rebosó la copa para Paola, así que decido terminar su relación con Rodrigo. La mujer decidió no permitir que el la viera, ni tampoco a su hijo. Sin embargo, el día del parto, Rodrigo se apareció en el hospital, lo que alegró a Paola, pues le hizo saber que se interesaba en su hijo.
Es expulsado del hospital
No obstante, en el hospital se puso a golpear cosas y a lanzarlas por todos lados, así que lo sacaron. La madre decidió no darle importancia a lo sucedido, y no le permitió acercarse al niño.
Con el tiempo, conoció a otro hombre, que le pareció bueno para que fuera la figura paterna. Así que inicio una relación con él, pero al poco tiempo se vieron obligados a terminarla.
A Paola le parecía injusto que su hijo no tuviera una figura paterna que le diera el ejemplo. Así que habló con Rodrigo y le permitió ver a su hijo. Su padre empezó a visitarlo regularmente y todo parecía ir bien. En el mes de mayo del 2016, decidieron cenar juntos como familia, y fue cuando Paola y Rodrigo intentaron comenzar de nuevo. Ellos querían que su hijo creciera en una familia completa y normal, como los demás niños.
Como Paola y Rodrigo todavía Vivian separados, Valentino se fue con su padre ese fin de semana. Sin embargo, a las pocas horas, el niño regreso a la casa de su madre. Este le dijo que su padre lo había golpeado en la cara y el estómago.
Entonces la madre llamó a Rodrigo para que le explicara lo que había sucedido. Eso enfureció al hombre, quien fue en su auto y lo estrello en la casa de Paola.
Además, se bajó con un arma en la mano y la amenazó de muerte.
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Luego del incidente, Paola lo denuncio a la policía, quienes lo investigaron, mas no lo apresaron. Cierto día, mientras manejaba su moto, Rodrigo se accidento y estuvo al borde de la muerte. Así que le pidió disculpa a Paola y le dijo que el incidente lo había hecho reflexionar. Le dijo que, al ver la muerte de frente, se había motivado a cambiar. De modo que la mujer decide darle otra oportunidad.
Comienza la pesadilla
Esta vez, si se fueron a vivir juntos en el mismo hogar. Pero el Jueves 16 de marzo de 2017 comenzó la pesadilla. Ese día, Rodrigo se arregló muy bien con la intención de llamar la atención de Paola.
Pero como ella no hizo ningún comentario al respecto, este se enojó mucho. Le preguntó por qué no le había dicho nada.
A ella le pareció gracioso que su esposo se preocupara por sus halagos, así que empezó a reír. Eso molestó todavía más a aquel hombre, quien la desnudó, la agarró por los hombros y la estrelló contra una ventana.
Además, cerró las puertas con llave y empezó a pegarle puñetazos y patadas muy fuerte. Lo menos fuerte que le dijo, fue llamarla puta.
Ella le decía que se calmara, que no era para tanto. Le decía: “Rodrigo, cálmate, me vas a matar”. A lo que él respondía: “Claro que te voy a matar”.
En total, el acto violento duró alrededor de 2 horas. aunque ella pedía ayuda, nadie la escuchaba. Pero por fin salió a la calle y alguien llamó a la policía.
Ya en el hospital, Paola no podía creer que todavía estuviera viva. Le dijeron que tenía fracturas en el cráneo, traumas nasales, derrame en el ojo, dientes sueltos y moretones por todas partes. La policía se encargó de meter preso a Rodrigo por al ser acusado de violencia doméstica y de género.
Ahora quiere concientizar a otras mujeres
Paola creía que vivir cerca del padre de Valentino era lo mejor para su hijo más pequeño. Sin embargo, aprendió por las malas que él no era más que un psicópata violento. Paola subió las fotos a sus redes sociales para ayudar a concientizar a otras mujeres.
Su intención es hacerles ver que no pueden creerle a un hombre violento. “Aunque llore, y actúe como si ha cambiado, no le crean pues seguirá siendo violento” dice Paola.
Sin dudas, esta es una historia que nos llena de pena, y más al saber que hay muchos hombres así allá afuera.
Por eso, todos debemos cooperar para acabar con la violencia de género, al denunciar a los detractores.