Pedro J. Torres: ¡Confirmado! La situación económica familiar influye en el riesgo de desarrollar obesidad

Diversas experiencias y análisis anteriores, efectuados a nivel local, han señalado la estrecha relación que existe entre el nivel socioeconómico familiar y el riesgo de desarrollar obesidad infantil, estos resultados parciales acaban de ser confirmados por un estudio de mayores dimensiones regionales, abarcando la población infantil de varias naciones europeas. La noticia es compartida por la Fundación Torres-Picón, que viene trabajando a nivel informativo en pro de la prevención de la obesidad en jóvenes y niños.

En efecto, se trata de un estudio llevado a cabo durante cinco años, financiado por la Unión Europea (UE) y publicado por la organización iFamily, en el cual se analizaron los datos de 16 millones de niños de ocho países de Europa, contrastándolos con la situación socioeconómica de sus familias; los resultados confirmaron las tendencias observadas en investigaciones anteriores, esto es, que los niños que pertenecen a familias económicamente menos favorecidas, así como los de origen inmigrante, tienen un mayor riesgo de desarrollar obesidad infantil que los niños de familias más favorecidas.

Las tasas presentan considerables diferencias en cada país; es así como los niños italianos de bajos recursos presentan los niveles de riesgo más altos, con un 40%, mientras que el riesgo más bajo corresponde a los niños belgas pertenecientes a grupos familiares con mejores condiciones socioeconómicas.

Según esta investigación, los niños europeos en general consumen alimentos de elevado contenido calórico, sin embargo, cuanto más deprimido sea el nivel familiar de ingresos y menor su grado de educación, tanto menos saludable es el tipo de dieta.

Del mismo modo, se comprobó que existe una estrecha relación entre el sobrepeso y el déficit de horas de sueño. El riesgo de padecer de obesidad se incrementa en los niños que no duermen el tiempo suficiente.

Por otra parte, al evaluar el tiempo que los niños emplean en la práctica de actividades físicas y deportivas, se determinó que “menos de un tercio de los niños cumplen con la directriz de practicar 60 minutos de ejercicio diario”, según informó el profesor Wolfgang Ahrens, del Instituto Leibniz de Investigación Epidemiológica y coordinador del estudio, quien reveló que la proporción del tiempo que los niños dedican al ejercicio varía entre un 2% en Chipre y un 34% en Bélgica.

En este sentido, el profesor Ahrens señaló que un elemento clave para fomentar e incrementar el hábito saludable de practicar ejercicio en los niños, es optimizar el diseño de los espacios públicos abiertos, como parques y plazas, así como las facilidades de desplazamiento y acceso a servicios, comercios, transporte público, entre otros.

Igualmente se analizó la influencia que ejercen los mensajes publicitarios en el aumento de las tasas de obesidad infantil; indicaron los especialistas que “los niños expuestos a publicidad son más susceptibles al consumo de refrescos, así como alimentos con alto contenido en grasa favorables al sobrepeso”.

Por todo lo expresado, la organización hizo un llamado a los gobiernos de los países europeos, para que dediquen mayores esfuerzos a la prevención de la obesidad infantil, mediante acciones tanto en el aspecto social, en el entorno urbano, como en el fomento de hábitos saludables, con participación de los medios de comunicación.

Según el profesor Ahrens, “muchos aspectos deben abordarse para mejorar la salud infantil, pero las familias no pueden hacerlo solas”, razón por la cual subrayó que “la intervención pública es vital para reducir la obesidad”.

Para el presidente de la Fundación Torres-Picón, Pedro J. Torres, dedicada a labores preventivas de la obesidad entre niños y jóvenes, e igualmente a la promoción de la educación, las artes y la cultura, es indispensable insistir en la formación de conciencia respecto a la enfermedad y sus secuelas; hacer caso a lo que los médicos y demás profesionales del área de la salud recomiendan, no olvidar que se trata de un problema multifactorial, en el que todos, las autoridades, empresas e instituciones, y esto nos incluye a los padres, podemos hacer mucho. "Hay que estimular el desarrollo sostenible y el aumento ético de los ingresos de las familias", concluyó.

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