Aunque hay síntomas que pueden ser comunes a otras dolencias, en caso de presentarse conjuntamente es imprescindible consultar con el especialista para descartar complicaciones mayores en la vesícula
La vesícula biliar es un órgano pequeño que se encuentra ubicado justo debajo del hígado. Es el encargado de liberar la bilis, una sustancia que ayuda a descomponer las grasas en el proceso digestivo.
Cuando el estómago y el intestino digieren los alimentos, la bilis se libera a través del conducto biliar común y, posteriormente, cumple su función en el intestino delgado.
Las enfermedades asociadas con su funcionamiento suelen producirse cuando algo obstruye el paso de la bilis por los conductos. Casi siempre se deben a la presencia de cálculos biliares.
Estos se forman por sustancias que se acumulan y endurecen, ya sea por la dificultad para digerirlas o porque se ingieren de forma excesiva.
Aunque su funcionamiento no es imprescindible vivir, el desarrollo de alguna alteración puede derivar en síntomas que afectan la calidad de vida.
Por esta razón, es conveniente conocer las señales que alertan un problema en su función y, por supuesto, tomar las medidas necesarias para subsanarlo.
¡Descúbrelas!
1. Dolor abdominal
dolor abdominal
Uno de los síntomas habituales de los cálculos en la vesícula biliar es una sensación de dolor que comienza en la parte superior derecha del estómago, justo debajo de las costillas.
Este tiende a avanzar hacia el centro y la parte posterior del vientre y, algunas veces, hasta la espalda superior.
Por lo general es una dolencia que dura 15 minutos, aunque a veces se extiende por horas o aparece durante el periodo de sueño.
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2. Indigestión
Debido al papel que desempeña la vesícula en el proceso digestivo, las alteraciones en su funcionamiento suelen provocar continuos episodios de indigestión y gases.
Cuando los jugos biliares no llegan de forma correcta al intestino, ya sea por una obstrucción o inflamación de los conductos, las digestiones son más pesadas y el abdomen tiende a hincharse.
Es común presentar eructos, flatulencias y otros síntomas propios de una digestión difícil y lenta.
Las molestias tienden a presentarse después de las comidas, en especial cuando estas son demasiado copiosas.
3. Náuseas y vómitos
Mareos, vómitos y pérdida del apetito
Las náuseas y vómitos repentinos pueden estar alertando una dificultad de la vesícula biliar para utilizar sus jugos en el proceso de digestión de las grasas.
La presencia de cálculos en los conductos biliares puede generar una acumulación de desechos que, con las horas, se manifiesta con vómitos y sensación de presión en el estómago.
En ocasiones suele venir acompañado con mareos y fiebre.
4. Falta de apetito
La pérdida repentina del apetito es un síntoma que merece un análisis minucioso por parte de los especialistas en salud, ya que, por lo general, alerta del desarrollo de alguna enfermedad crónica.
Cuando se pierde el deseo de comer durante varios días, es probable que se estén formando cálculos en la vesícula o inflamación de sus conductos.
Conforme avanza la enfermedad, los pacientes se sienten hinchados, con sensación de pesadez e inapetencia.
5. Ictericia
ictericia
La acumulación de la bilis en la vesícula puede causar dificultades hepáticas y digestivas que, con los días, hará que la piel y la esclerótica de los ojos adquieran una tonalidad amarilla.
Esto se debe a que la sustancia permanece en la sangre y llega con facilidad a las células y tejidos del cuerpo.
6. Cambios en la orina
Si bien las alteraciones en la orina suelen estar relacionadas con un problema de salud renal, es primordial tener en cuenta que también pueden producirse por un trastorno de la vesícula.
Los pigmentos biliares que se acumulan con los cálculos hacen que la orina adquiera un color amarillento o marrón.
7. Diarrea
diarrea
Los trastornos digestivos a los que conlleva un mal funcionamiento de la vesícula biliar son una causa común de los ataques de diarrea.
Este síntoma suele producirse junto a la inflamación abdominal y un dolor que se extiende de manera gradual por todo el vientre.
8. Cambios en las heces
Los cálculos biliares se forman por una mezcla de bilis, colesterol y bilirrubina que, al endurecerse, dificultan la digestión y aumentan el dolor.
Dado que pueden crecer de forma significativa, los conductos se bloquean y pueden ocasionar alteraciones en las heces como una coloración pálida o color arcilla.
9. Fiebre
Fiebre
Los escalofríos y los episodios de fiebre que aparecen con algunos trastornos del sistema digestivo pueden estar alertando del desarrollo de cálculos en la vesícula biliar o alguna infección en sus vías.
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10. Dolor en el pecho
Los bloqueos que afectan las vías biliares aumentan la presencia de ácido en el estómago y ocasionan reflujo o acidez.
Dado que los jugos se empujan hacia el pecho, se puede producir una sensación similar a la de un ataque al corazón.