Myriam Ducre-Lemay vivía en Montreal y era una chica muy alegre que disfrutaba de la vida intensamente. Pero una noche de 2012, su vida llegó trágica y repentinamente a su fin debido a un beso de buenas noches.
La noche había arrancado perfectamente, Myriam y su nuevo novio habían ido a una fiesta y se lo habían pasado muy bien. Cuando llegó la hora de partir, Myriam fue a casa de su novio. La joven pareja se estaba preparando para ir a dormir.
Antes de ir al cuarto de baño a cepillarse los dientes, el novio de Myriam la besó profundamente. Momentos después, Myriam se sintió gravemente enferma y tenía dificultades para respirar.
Cuando el novio de Myriam salió del cuarto de baño, la encontró luchando por su vida y llamó de inmediato al 911. Pero cuando los paramédicos llegaron, solo 8 minutos después, ya era demasiado tarde. Myriam ya había fallecido. La causa de su muerte se determinó rápidamente: la chica murió de un choque alérgico. ¿Pero qué pudo causarle la reacción alérgica mortal?
Resultó que Myriam tenía una grave alergia a los cacahuetes, la cual su novio desconocía. Su relación era muy corta y el tema simplemente no había surgido en ninguna conversación todavía.
La noche de la muerte de Myriam, su novio se había comido un sándwich de mantequilla de maní mientras ella estaba en la otra habitación preparándose para ir a la cama. Él nunca se imaginó que el beso de buenas noches que le había dado a Myriam justo después de comerse el bocadillo le quitaría la vida.
Después de comerse el sándwich de mantequilla de cacahuete, había una buena cantidad de la proteína en la saliva del chico, la cual desató un ataque de anafilaxia. Normalmente, Myriam llevaba consigo una inyección de EpiPen para contrarrestar tal reacción, pero por alguna razón del destino, esa noche la había olvidado en casa.
La madre de Myriam estaba inconsolable cuando se enteró que su hija había muerto a causa de un accidente que pudo haberse evitado. Ahora quiere alertar a otras personas que padecen alergias que conllevan peligro de muerte para que no cometan el mismo error, y no es la única.
La Dra. Christine McCusker, directora de alergias e inmunología pediátricas del Hospital Infantil de Montreal pronunció estas palabras de advertencia: "Esta es la razón por la que debes llevar siempre tu EpiPen, incluso aunque no quieras y a pesar de que no sea chic".
Se trata de una advertencia muy importante, ya que el caso de Myriam es uno de muchos. De acuerdo con los médicos, los alérgenos más potentes como los de las nueces pueden permanecer en la saliva varias horas después de haberlas comido.
Por esta razón, la gente que convive de cerca con los que padecen alergias también deberían evitar esos alimentos.
Es muy fácil dejarse llevar por el momento, especialmente por uno romántico, pero para las personas con alergias graves es extremadamente importante tener en cuenta las consecuencias y estar preparadas a toda hora. Por desgracia, ya es muy tarde para Myriam.
Pero su historia puede ayudar a otras personas a que su próximo beso de buenas noches no sea el último.
