El deterioro de las funciones ejecutivas en los pacientes con el mal de Alzheimer, como comer y caminar, no puede detenerse con terapia ocupacional, según las conclusiones de un estudio divulgado hoy en Estados Unidos.
El Centro de Investigación del Envejecimiento de la Universidad de Indiana estudió durante dos años los efectos de la terapia ocupacional en los pacientes con Alzheimer y concluyó que ésta no puede retrasar la pérdida de esas funciones.
Los resultados fueron publicados hoy en la revista médica Annals of Internal Medicine.
"Esperábamos que se ralentizara el proceso de la enfermedad y que pudiéramos mantener al paciente fuerte, capacitado para hacer ejercicio o tener algunos pasatiempos", explicó a Efe Christopher Callahan, médico del centro de investigaciones.
Aunque los expertos esperaban que la terapia ocupacional permitiera superar algunos impedimentos de la enfermedad, los resultados fueron decepcionantes.
Sin embargo, Callahan cree que el estudio deja algunos mensajes importantes, sobre todo para los familiares que cuidan a personas con esta enfermedad.
"Esta es una tarea muy dura. No queremos que piensen que no hay nada que se pueda hacer para ayudar. Es sólo que esta intervención particular no funcionó", agregó el investigador.
En ese sentido, se refirió a los resultados positivos que había arrojado un estudio anterior, enfocado solamente a las alteraciones de la conducta en los pacientes con Alzheimer.
La enfermedad produce una disminución en la masa cerebral de los adultos mayores, lo que provoca pérdida de memoria, desorientación y un deterioro en la capacidad de realizar acciones como vestirse o ir al baño.
En el primer estudio los síntomas relacionados con la conducta habían mejorado, pero las funciones ejecutivas continuaron deteriorándose.
"Este nuevo estudio revela lo difícil que es convivir con esta enfermedad. Realmente tenemos que hacer más para ayudar a las familias que se encargan de los pacientes en sus casas", consideró Callahan.
"Quizás tengan que hacer modificaciones, como poner una rampa o hacer cambios en los baños, o tal vez necesiten otro par de manos en el hogar", señaló el investigador.
A raíz de este estudio, los científicos buscarán identificar si la terapia ocupacional benefició a algún grupo determinado de pacientes durante la investigación.
"A veces, en promedio la intervención no funciona, pero quizás en un grupo pequeño de personas sí lo hizo. Tenemos que ver si hay evidencia de eso", añadió Callahan.