La fibromialgia es una enfermedad crónica que, en la actualidad, afecta a miles de personas en todo el mundo.
Aunque en muchos casos sus síntomas no son del todo visibles, lo cierto es que quienes tienen que lidiar contra estos presentan una fuerte disminución en su calidad de vida.
Se trata de un conjunto de dolencias que afectan los músculos, las articulaciones y los huesos, casi siempre acompañadas con sensación de fatiga, alteraciones digestivas y problemas emocionales.
Lo más preocupante es que sigue siendo una afección difícil de abordar, ya que la persona puede aparentar estar bien de salud aunque esté luchando contra el dolor.
Por esta razón es importante conocerla en detalle, identificar cuáles son sus síntomas y cómo actuar ante los mismos.
Para esto hemos recopilado una serie de datos relevantes que nos facilitarán su compresión.
¡Descúbrelos!
Las personas que padecen fibromialgia van desarrollando una serie de síntomas que, en un principio, son difíciles de entender por cómo se manifiestan.
De hecho, quienes rodean al paciente llegan a pensar que está fingiendo, ya que aparentemente se encuentra bien.
Lo cierto es que el sistema de percepción del dolor comienza a presentar fallas y, como consecuencia, se desencadenan dolencias ante estímulos como el frío, el calor y el estrés.
El dolor no se produce de forma directa en las partes del cuerpo afectadas, sino en el cerebro.
Por su complejidad y parecido con otras afecciones suele ser difícil identificar cuándo se trata de fibromialgia.
Sin embargo, los síntomas más frecuentes incluyen:
Hasta el momento no se ha logrado determinar una causa exacta para esta enfermedad; sin embargo, se reconoce que ciertos factores tienen una relación con la tendencia a su aparición:
La fibromialgia puede afectar a hombres, mujeres, ancianos y niños.
No obstante, las investigaciones realizadas al respecto han podido determinar que la población femenina es la más afectada, en especial a partir de los 45 años.
Además existen mayores probabilidades de padecerla cuando se sufren trastornos como el Lupus y la artritis.
Junto a las dolencias físicas de la fibromialgia se pueden presentar problemas cognitivos como la pérdida de la memoria y la dificultad para alcanzar la concentración.
Esto se conoce como fibroneblina y es la razón por la cual los pacientes pueden perder cosas importantes o sentirse desorientados.
Los continuos episodios de estrés no solo están vinculados como posible causa de la fibromialgia sino que está comprobado que incrementa la intensidad de los síntomas.
Los afectados que se mantienen estresados sienten más dolor, cansancio y malestar general.
Hasta el momento no existe una cura conocida para la fibromialgia, ya que se trata de un problema crónico que abarca varios tipos de dolencias.
Dado que los síntomas son similares a los de otras afecciones, a menudo el diagnóstico no es preciso y suele recomendarse un tratamiento con medicamentos convencionales.
También es posible que los enfermos de fibromialgia reciban atención psicológica para aprender a convivir con lo que ocurre en sus cuerpos.
Los fármacos que ayudan a disminuir las dolencias incluyen analgésicos, antiespasmódicos, relajantes y antidepresivos.
Sin embargo, el dolor tiende a reaparecer después de un tiempo.
Si bien los medicamentos son útiles para reducir los dolores, es primordial que los pacientes realicen cambios en su estilo de vida.
Una alimentación balanceada y de alta calidad nutricional ayudará a fortalecer los huesos, las articulaciones y los músculos.
También es importante hacer ejercicio de bajo impacto, preferiblemente supervisado por un profesional en deportes o fisioterapia.
Es imprescindible contar con apoyo psicológico para afrontar cada una de sus fases.