El paciente hipertenso o el que no desea serlo, debe seguir algunas recomendaciones como: tener una dieta baja en sal, mantener un peso adecuado, no fumar, realizar actividad física con regularidad y evitar el alcohol.
Aproximadamente el 30 % de los adultos y el 60 % de los adultos mayores tienen hipertensión arterial, la enfermedad más frecuente y la primera causa de muerte a nivel mundial. Esta enfermedad crónica no tiene cura, pero si puede prevenirse y controlarse con estilos de vida saludables y medicamentos antihipertensivos.
Presión normal u óptima.
Es 120/ 90 mmHg y popularmente se le conoce como 12/9. Sin embargo, lo ideal es denominarla con la cifra completa.
Prehipertensión. Se le llama así a los valores mayores de 130/90 mmHg. En estos casos el paciente debe tomar precauciones y controlarse periódicamente la presión arterial.
Hipertensión arterial. Se le considera así a valores de presión mayores de 140/ 90 mmHg. En estos casos el paciente necesita tratamiento farmacológico y modificar su estilo de vida.
Presión superior o presión sistólica. Se da cuando el corazón se contrae para eyectar sangre a través de las arterias y llevarla a todo nuestro cuerpo.
Presión inferior o presión diastólica. Se da cuando el corazón se relaja y llena de sangre, preparándose para una nueva contracción.
¿Cómo se mide la presión arterial? Se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y el instrumento utilizado se llama tensiómetro, el cual puede ser manual o electrónico (de muñeca o de brazo). El más preciso es el manual o mecánico, ya que a veces el electrónico se descalibra. Puede haber una diferencia permitida entre ambos de +-10 mmHg, sin embargo, cada cierto tiempo hay que compararlos para asegurar correctas mediciones.
Complicaciones de la hipertensión arterial. Se le conoce como el “asesino silente”, ya que muchas veces no da síntomas, solo complicaciones. El paciente se puede sentir aparentemente bien y estar con la presión alta, lo que es peor, ya que “no avisa”. Muchos pacientes son hipertensos por varios años previos al diagnóstico, y cuando se diagnostica puede que las complicaciones ya estén presentes. Entre ellas tenemos:
- Insuficiencia cardiaca
- Desorden cerebro vascular.
- Infarto agudo de miocardio.
- Enfermedad Renal crónica.
- Alteraciones en la Retina de los ojos.
- Demencia por micro infartos cerebrales o Demencia Vascular.
Los pacientes diabéticos (10 % de la población) e hipertensos tienen más riesgo de sufrir complicaciones si no se controlan adecuadamente. El objetivo es mantener a los pacientes con presiones menores a 140/90 mmHg, sin embargo, en los mayores de 80 años se pueden permitir presiones hasta 150/90 mmHg.
Exámenes auxiliares. El mapeo ambulatorio de la presión arterial o mapa es un examen útil, con el cual se realiza toma de presiones cada 20 minutos durante 24 horas, con un dispositivo portátil, mientras el paciente continúa con sus actividades cotidianas. Es una ayuda para corroborar el diagnóstico cuando se dude de este.
Además, son necesarias pruebas de laboratorio para evaluar otros órganos y descartar enfermedades adyacentes. Evaluar función renal, tiroides (el hipertiroidismo puede aumentar la presión arterial), descartar diabetes, detectar trastornos de las grasas en sangre, entre otros.
Tratamiento farmacológico. Para determinar qué medicina es la indicada para cada paciente, hay que individualizar según el estado general, enfermedades adyacentes, efectos secundarios, entre otros. Hay que recordar que un mismo fármaco no necesariamente tiene el mismo efecto y resultado en otro paciente. No se automedique, visite a su médico.
“Hipertensión emocional”. No está catalogado como una clasificación de la presión arterial, ya que uno es hipertenso o no lo es. Ante emociones fuertes o estrés, aumentan las descargas de adrenalina y epinefrina, lo que produce contracción de los vasos sanguíneos y predispone a que aumente la presión arterial en una persona hipertensa.
En alguien que no es hipertensa, las descompensaciones emocionales no deberían alterar los valores de presión arterial o sobrepasar el valor máximo permitido. En nuestras manos está la prevención y evitar futuras complicaciones. Adoptando buenos hábitos y estilos de vida saludables, podemos vivir felices, sanos y contentos el mayor tiempo posible.