Todo lector lo sabe: pocas cosas se asemejan al placer de sentarse a leer un buen libro en el sillón de casa. O en un café. O en la playa... “Te va a parecer quizás ingenuo y tonto, pero cuando yo abro un libro, lo abro como puedo abrir un paquete de chocolate, o entrar en el cine, o llegar por primera vez a la cama de una mujer que deseo; es decir, es una sensación de esperanza, de felicidad anticipada, de que todo va a ser bello, de que todo va a ser hermoso”, dijo alguna vez Julio Cortázar.
La lectura puede ser una verdadera fiesta. Pero no sólo se trata de disfrutar, ahora también se comprobó que leer te vuelve más longevo. Todos sabemos que hacer deporte es saludable y que puede aumentar la esperanza de vida en cinco años, que comer porciones pequeñas de alimentos y productos no industrializados atrasa el envejecimiento, que tener sexo de manera frecuente sirve para mantenerte joven y que un estilo de vida relajado ayuda a vivir más y mejor.
Un grupo de científicos de la Universidad de Yale llegó a una nueva certeza: cuanto más leamos, más viviremos. Y no sólo en un sentido metafórico: los lectores de un promedio de tres horas y media a la semana viven un 17% más que los que jamás abren un libro. Y aquellos que superan las cuatro horas semanales, un 23% más, lo que equivale a dos años de vida extra.
El estudio, que fue publicado en Social Science & Medicine, llegó a la conclusión que las personas que más leen son mujeres con estudios y un buen poder adquisitivo. “La gente que lee media hora al día ya tiene una ventaja de supervivencia significativa con respecto a los que no leen nada. Esa ventaja permanece tras corregir la salud, la educación, las habilidades cognitivas y muchas otras variables”, explicó Becca R. Levy, profesora de Epidemiología de Yale.
Además de sumergirte en universos paralelos e incentivar la creatividad, la lectura tiene amplios beneficios para la salud. Para llegar a esta conclusión, los científicos reunieron datos de 3635 participantes mayores de cincuenta años a los que dividieron en tres grupos: los que no leían nunca libros, los que destinaban hasta tres horas y media por semana y los que superaban ese tiempo. Los resultados los obtuvieron luego de doce años de realizar un seguimiento personalizado de cada individuo.
Novelas, cuentos, ensayos, autoayuda o clásicos de la literatura francesa: el estudio no hace distinción de géneros. Aparentemente cualquier lectura es válida para alargar la vida.
Así que cuando tu hijo pase horas encerrado en su cuarto leyendo historietas no le cortes la motivación, incentivalo y acompáñalo en la lectura. Los libros no aportarán antioxidantes ni te levantarán las cachas, pero son una gran gimnasia para la cabeza, te activan los circuitos neuronales, refuerzan la memoria y previenen el alzheimer. Así que seguí ampliando tu biblioteca y entregate a las tardes de novelas y café con leche en la cama. Tu cuerpo, tu mente y espíritu te lo van a agradecer.
Fuente: Rumbos Digital