Merkiseded Avelino
Santo Domingo, República Dominicana.- Cuando Gissell Rodríguez fue diagnosticada con vitiligo en 2009, la dermatóloga que la trató le dijo que no viviría más de seis meses a causa la enfermedad.
Su vida se transformó, no solo por las manchas que la despigmentación causaba sobre su piel, sino también por el impacto psicosocial que trae consigo el vitiligo, una enfermedad que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud afecta a unos 100 millones de personas en el mundo, un 2% de la población de la Tierra.
Con el incremento de las manchas sobre su cuerpo, también fue creciendo su depresión, provocada en gran medida por el rechazo de los demás e incluso el suyo propio. Fue así como tuvo que abandonar sus estudios universitarios, comenzó a perder el cabello, su crisis de asma se incrementó, e incluso su matrimonio se terminó.
“Las personas con vitiligo son muy discriminadas en la sociedad. La gente te aísla”, expresa Gissell al equipo de comunicadores de “El Matutino Alternativo” de Fidelity 94.1 y de Z101Digital.com.
Narró cómo en la República Dominicana, quienes tienen esa condición son rechazados en lugares públicos y enfrentan dificultades para conseguir empleo, bajo el argumento que no tienen lo que muchos empleadores denominan "buena presencia".
La psicóloga Miguelina Justo, fundadora de Comunidad Vitíligo, un colectivo en el que personas que padecen la enfermedad y sus familiares se reúnen para socializar, asegura que debido a rechazo al que son sometidos por la sociedad, muchas de estas personas terminan aislándose a sí mismas, e incluso caen en la depresión.
Justo cree que la gente no está consciente sobre la enfermedad, y esa ignorancia los lleva a tratar mal a quienes la padecen, asumiendo, entre otras cosas inciertas, que es contagiosa. “El vitiligo no es contagioso en ningún modo”, explicó.
Para Giselle, la vida comenzó a normalizarse cuando entendió que el vitiligo es una condición con la que se puede vivir, que la vida sigue.
Sobre el Vitiligo
El Vitiligo es un desorden de la pigmentación, en el que las células que dan color a la piel (melanocitos) son destruidas.
Como resultado, aparecen manchas blancas en diferentes partes del cuerpo. El pelo que crece en la zona afectada por el vitiligo puede tornarse de color blanco.
La causa precisa se desconoce. Se cree que es el resultado de una combinación de factores: un problema en el sistema inmunológico, genes o estrés.
Esta condición afecta solo la piel, ninguna otra parte del cuerpo, sin embargo el impacto a nivel emocional puede ser muy fuerte.
Pese a que no existe cura para el vitiligo, hay varias opciones de tratamientos. Por lo general, toma mucho tiempo, meses, años, para que la piel recupere su color, sin embargo, puede que las manchas permanezcan y aparezcan en otros lugares del cuerpo.
“Si usted o algún ser querido suyo tiene esta condición puede que hablar con un buen amigo sea de ayuda. En ocasiones, visitar un profesional de la salud mental será necesario”, explica.
Comunidad Vitiligo
Comunidad Vitiligo nació hace apenas unos meses por iniciativa de la psicóloga Miguelina Justo, y en ella encuentran apoyo quienes padecen la enfermedad y desean sobreponerse a los estigmas sociales, para vivir una vida normal y feliz.
“No es lo mismo que yo te diga que todo va a estar bien, a que alguien con vitiligo te lo diga”, expresa la psicóloga.
Para el martes 26 de este mes, Comunidad Vitiligo tiene planificado un conversatorio sobre el tema en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, en la que médicos y personas con vitiligo expondrán sobre cómo vivir con esa condición.
Quienes deseen participar de las reuniones del colectivo pueden comunicarse con Gissell Rodríguez al 809-604-0808 y también puede ubicarlo en IG y FB como Comunidad Vitiligo.