Pedro J. Torres: Dormir poco favorece desarrollo de la obesidad en los niños

Los niños de hoy llevan una vida más agitada que los de generaciones anteriores; principalmente por los exigentes horarios de estudio, además de otras actividades como las redes sociales y un sinfín de entretenimientos que distraen su atención y ocupan un mayor espacio de su tiempo; esto significa un cierto número de horas que necesitan restar de alguno de sus hábitos cotidianos, y por lo general la rutina que sufre esta merma de horas es el tiempo del sueño.

Por supuesto, esta disminución de las horas de descanso a la larga siempre tiene sus repercusiones en el organismo, una de las cuales es la aparición de la obesidad infantil, reseña el País de España.

Esta afirmación se desprende de las investigaciones realizadas por el doctor Luis Alberto Moreno Aznar, catedrático de la Universidad de Zaragoza quien, luego de más de tres décadas de investigación, acaba de ser galardonado con el premio otorgado por la Fundación Lilly de Investigación Biomédica 2016 por sus aportes a la comprensión de la génesis de la obesidad infantil, así como su prevención y tratamiento.

La información se comparte como una cortesía de la Fundación Torres Picón, que impulsa la difusión de conocimiento relacionado con prevenir la obesidad infantil.

Indica el científico que precisamente la obesidad infantil puede tener su causa en uno o en una combinación de factores, entre los cuales menciona la herencia, a la cual atribuye el 60% del origen de la grasa corporal; luego los malos hábitos de alimentación, que incluyen la ingesta de alimentos de poco o ningún valor nutricional pero ricos en grasas y azúcares; igualmente influye la falta de actividad física, de la cual Moreno Aznar ha calculado que los adolescentes deberían realizar un mínimo de sesenta minutos al día.

Sin embargo, el especialista destaca que también deben tomarse en cuenta variables menos evidentes pero igualmente determinantes, como la falta de sueño, corroborando una vez más un fenómeno estudiado y dado a conocer por otros expertos del área.

El metabolismo humano se rige por el denominado Ritmo Circadiano, el cual tiene una duración de veinticuatro horas siguiendo el ciclo de luz y oscuridad del día y la noche.

Este ritmo determina la función de algunas hormonas, las cuales están directamente relacionadas con la acumulación de grasas en el organismo; estas hormonas actúan durante las diferentes fases del sueño, lo cual implica que cualquier variación o disminución de las horas de sueño puede producir un desequilibrio en el ritmo de acción de estas hormonas, alterando el metabolismo de las grasas y dando origen a la obesidad.

Por otra parte, la falta de sueño altera el comportamiento del niño; al no dormir lo suficiente, se despierta cansado, sin ánimos para llevar adelante las actividades del día, lo que incrementa el sedentarismo y, por tanto, la obesidad. Diferentes estudios publicados por revistas científicas lo han venido sugiriendo.

Desde la Fundación Torres-Picón, lo consideramos un dato de interés que puede aportar a la determinación y diseño de nuevos procedimientos preventivos de la obesidad infantil, señaló Pedro J. Torres, directivo y portavoz de la institución.

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