¿Cirugía o dieta? Nutricionista nos da la verdadera fórmula para adelgazar

En los próximos meses muchas clínicas lanzarán promociones de cirugías que prometen hacerle frente a la obesidad y nosotras, que siempre nos encontramos "obesas", acudimos a las consultas buscando una solución para nuestro "problema".

María José Jara nutricionista y académica de la Universidad Mayor

Cada vez hay más gente dispuesta a buscar en la cirugía bariátrica la única solución para bajar de peso, aun cuando no tenga la indicación médica de hacerlo. Los médicos advierten una presión por parte de los pacientes, que generalmente son mujeres entre 24 y 50 años, con un IMC menor a 29 y quieren solucionar de forma rápida su problema de kilos de sobra.

Además, las técnicas de estas cirugías se han simplificado y han aumentado su estándar de seguridad, lo que hace que parezcan inocuas y muy sencillas, pero son cirugías y conllevan riesgos. También tienen contraindicaciones y protocolos de cuidado posterior que deben cumplirse con rigurosidad para asegurar a salud de la persona y el éxito a largo plazo de la intervención. Y eso es algo que los pacientes, obnubilados ante la promesa de la flacura, pueden olvidar. Y, paradójicamente, se ha visto que los riesgos aumentan cuando quien se opera tiene menos de 30 de IMC ya que están más propensas a sufrir desnutrición, caída del pelo, anemia, déficit de vitaminas y minerales. Esto, porque cuando el paciente tiene un IMC sobre de 35, el mismo organismo se autorregula y detiene la baja de peso. Pero en pacientes con IMC menor a 30 ese mecanismo puede fallar y llevar a serias complicaciones nutricionales imposibles de recuperar.

Pero no todos clasifican para realizarse estas intervenciones, algunos de los criterios de indicación de cirugía bariátrica son:

- Obesidad mórbida u obesidad extrema (IMC ≥ 40 kg/m2) en la que los intentos previos de pérdida de peso por métodos convencionales han fracasado.

- Obesidad de grado III (IMC entre 35 y 40 kg/m2) con comorbilidades asociadas (diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, etc.).

- Edad: el criterio de edad entre 18 y 60 años está universalmente aceptado, pero no se aplica tan rígidamente. Antes de los 18 años la persona no está totalmente preparada, ni física ni mentalmente, para asumir esta nueva situación y a partir de los 60 años puede no estar en condiciones de soportar los enormes cambios nutricionales que se producen después de la cirugía, pero actualmente se está operando a adolescentes de 13 o 14 años con obesidad mórbida y cuando los tratamientos clínicos han fracasado en forma reiterada.

En el 2012, más del 40% de los jóvenes chilenos presentaba sobrepeso u obesidad y en el 2014, la OMS estableció que los adolescentes chilenos entre 13 y 15 años son los más obesos de Latinoamérica, lo que ha hecho que la intervención quirúrgica sea una alternativa viable.

- Estabilidad psicológica: otro requisito es que se haya descartado la presencia de psicopatología grave o de trastornos del comportamiento alimentario.

El sobrepeso y la obesidad son enfermedades multicausales, donde los malos hábitos alimentarios, el sedentarismo y factores emocionales son los principales responsables. A ello se agrega la mayor susceptibilidad genética de algunos individuos de desarrollar obesidad. Por lo tanto, el tratamiento debe ser multidisciplinario y abarcar estos tres aspectos claves: hábitos alimentarios, ejercicio físico y apoyo psicológico. Estas acciones combinadas son las que, en la actualidad, han demostrado mayor efectividad para el manejo de la obesidad y el sobrepeso.

Muchas personas creen que las cirugías bariátricas son milagrosas y que perderán mucho peso en muy poco tiempo y sin ningún esfuerzo personal, cosa que ningún tratamiento está en condiciones de ofrecer. Si bien los resultados son muy buenos, estos serán permanentes sólo si el paciente adhiere a las indicaciones de su equipo médico, cambia sus hábitos alimentarios, mejora su estilo de vida y realiza actividad física, por el resto de su vida. Si esto no sucede los pacientes pueden volver a estar igual o peor que antes en menos de 5 años.

La cirugía bariátrica fue diseñada para ayudar a bajar de peso a aquellas personas cuya obesidad conlleva riesgo vital, pero en pacientes con sobrepeso no es adecuada.

Por lo tanto, aquellas personas que tiene un IMC menor a 30, sólo pueden combatir esos kilos demás con "pura matemática", o sea, comer menos y gastar más. Esto lo logrará manejando su ansiedad y realizando un tratamiento a conciencia, con una dieta personalizada y ejercicios adecuados a sus necesidades y a la meta que quiere lograr.

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