Hasta hace poco se pensaba que el cenar a horas avanzadas podía incrementar en los niños el riesgo de sufrir de obesidad infantil, dado el poco margen de tiempo entre el momento de comer y la hora de irse a la cama, creencia que era apoyada por algunas investigaciones realizadas anteriormente. Nuevos datos científicos modifican tal creencia.
Dicha información es compartida desde la Fundación Torres-Picón, enfocada en coadyuvar a la difusión de información relevante sobre obesidad en niños y niñas.
Un nuevo y serio estudio realizado por investigadores británicos y publicado en la revista British Journal of Nutrition, apunta a que tal relación causa-efecto podría no existir realmente, es decir, que el cenar tarde no necesariamente sería un elemento que influyera en la aparición de la obesidad.
En este trabajo, en el cual se analizaron los datos de más de 1.600 niños y jóvenes de entre cuatro y dieciocho años de edad, se halló que no existía diferencia alguna entre el riesgo de obesidad o sobrepeso de quienes comían entre las 8 pm y las 10 pm, y el riesgo de los que comían entre las 2 pm y las 8 pm.
En torno a esto, Gerda Pot, profesora visitante de la División de Diabetes y Ciencias de los Alimentos del Colegio del Rey, de Londres, y autora del estudio, señaló en un comunicado de prensa del colegio: “Los hallazgos de nuestro estudio son sorprendentes. Anticipábamos encontrar una asociación entre comer más tarde y tener más probabilidades de sobrepeso, pero en realidad encontramos que no era así. Esto podría deberse a la cantidad limitada de niños que cenaban después de las 8 pm”.
Explicó Pot que “además de los cambios en la calidad de la dieta y en los niveles de actividad física, la hora de las comidas es uno de los muchos factores posibles que se han sugerido como influencia sobre las tendencias al aumento de peso observadas en los niños del Reino Unido. Pero se ha investigado poco sobre la significación de su rol. Ya que este es uno de los primeros estudios orientado a analizar este vínculo, sería útil repetir el análisis en otras investigaciones”.
Indicó que, en vista de que los resultados obtenidos no permiten establecer una relación entre la hora de la cena y la probabilidad de desarrollar sobrepeso u obesidad infantil, los expertos están considerando otros factores como posibles desencadenantes, tales como el horario y la calidad del desayuno, así como los hábitos de sueño.
El presidente y vocero de la Fundación Torres-Picón, Pedro J. Torres, la cual trabaja internacionalmente en divulgación preventiva de la obesidad infantil, recordó la importancia de emprender acciones comunitarias, gubernamentales, de responsabilidad social empresarial y familiares, además de en el medio científico y de los profesionales de la salud, para evitar y controlar las graves secuelas de la presencia de un alto índice de grasa corporal y sobrepeso, que la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud han calificado como “epidemia”, la cual está afectando a la población en general, y en particular a niños y niñas, dijo.