Las infecciones en los oídos son más frecuentes entre los niños y adolescentes que en la población adulta; además, es más probable que su aparición se dé durante las alergias estacionales, resfriados o gripes. No obstante, estas no son las únicas causas que pueden hacer que se desarrolle y hay otros factores de riesgo que vale la pena considerar.
La otitis, también conocida como oído de nadador, es una infección en el oído que aparece cuando hay alguna acumulación de líquido junto a la inflamación.
Dependiendo de la gravedad y el área del oído en que se desarrolle, la otitis puede ser externa, media, media con derrame, con infección aguda o crónica.
En este caso nos vamos a referir específicamente a la de tipo externa y media, que son los más fáciles de tratar con remedios naturales; en los demás casos mencionados es muy importante la intervención de un especialista para recibir el tratamiento adecuado.
¿Cuáles son las causas de la otitis?
Nadar en aguas contaminadas o sucias es una de las causas comunes de las infecciones en los oídos de tipo externa. Las bacterias presentes en estos lugares suelen llegar con facilidad al oído para provocar esta enfermedad; solo en raros casos esta puede estar provocada por algún tipo de hongo.
Las bacterias que acompañan las enfermedades respiratorias comunes pueden transportarse hasta el oído produciendo la inflamación e infección.
Algunas alergias hacen que se inflame la trompa de Eustaquio, canal que comunica el oído medio y la garganta.
Otras posibles causas incluyen:
Rascarse por fuera o dentro del oído.
Tener algún tipo de elemento dentro del oído.
Limpiar con un hisopo o bastoncillo el conducto auditivo externo para eliminar la cera.
¿Cómo saber si tengo otitis?
Los síntomas de la infección de los oídos pueden variar de persona a persona y en función de la gravedad que tenga. Los principales son:
Picor en el oído.
Sensación de pesadez.
Presión en el tímpano.
Dolor e inflamación del oído.
Secreciones de color amarillento o verdoso con olor fétido.
Pérdida parcial de la audición.
Fiebre.
Zumbido en los oídos.
Vómitos.
Sangre.
Remedios naturales para combatir la otitis
El tratamiento médico contra las infecciones en los oídos incluye la administración de antibióticos para eliminar los microorganismos que desarrollaron esta condición; también suele incorporar antihistamínicos en caso de responder a algún tipo de alergia.
Sin embargo, cuando esta apenas está en su etapa inicial o no se desarrolla de forma grave, existen algunos remedios naturales que se pueden tener en cuenta como sustitutos de los antibióticos sintéticos. ¿Te interesa conocerlos?
Cuando los virus ingresan al oído medio empieza su proceso de proliferación y, al desplazarse por los conductos, pueden provocar otras afecciones como la gripe y el resfriado.
Para combatir esos microorganismos y, de paso, prevenir una enfermedad más crónica, basta con utilizar unas pocas gotas de agua oxigenada.
¿Cómo utilizarla?
Cada 12 o 14 horas administra de 2 a 3 gotas de agua oxigenada en cada oído infectado.
El ajo es uno de los antibióticos naturales por excelencia y puede ser administrado para combatir los virus que provocan diferentes tipos de infección.
Por sus propiedades bactericidas resulta adecuado para detener el dolor de oídos cuando este tiene su origen en la otitis.
¿Cómo utilizarlo?
Añade 3 gotas de aceite de ajo puro en la oreja afectada y mantén la cabeza inclinada para que el líquido llegue hasta el interior.
Al igual que el ajo, esta hortaliza tiene una poderosa acción antibacteriana y antiséptica que puede ayudar a combatir las bacterias que dan origen a la otitis.
¿Cómo utilizarla?
Trocea una cebolla fresca, envuélvela en un pañuelo limpio y aplícala sobre la oreja afectada durante 5 minutos. Repite este tratamiento varias veces al día.
Las propiedades curativas de aceite de oliva se han aprovechado como un tratamiento eficaz para combatir la infección en los oídos.
¿Cómo utilizarlo?
Calienta dos cucharadas de aceite de oliva hasta llegar a una temperatura soportable y luego viértelo en un gotero. Aplica de 2 a 3 gotas en el oído afectado.
El calor tiene un efecto analgésico que disminuye el dolor y también ayuda a mejorar la circulación para facilitar la eliminación de la infección.
¿Cómo utilizarlo?
Llena una bolsa térmica con agua caliente y luego, cubierta con un paño, colócala sobre el oído dolorido.
Fuente: Mejor con salud