Tipos de insulina: Las opciones para el paciente diabético

La insulina, es una hormona que se produce en el páncreas, en estructuras denominadas islotes de Langerhans. Dicha sustancia, es esencial para la salud porque regula la glucemia, es decir, la concentración del azúcar (glucosa) en la sangre. La insulina es producida farmacológicamente de manera industrializada, mediante tecnología avanzada, y suele ser administrada a los pacientes con diabetes tipo I o II, que la necesiten.

De acuerdo con el endocrinólogo Eduardo Carrillo, existen diversos tipos de hormonas sintéticas, las cuales se clasifican de acuerdo a su estructura molecular y por su biodisponibilidad. Dentro de las primeras se encuentran las insulinas humanas, las cuales tienen una estructura química idéntica a la que se produce en el organismo; también están los análogos de insulina, que son obtenidos efectuando modificaciones estructurales en la molécula, con la finalidad de lograr beneficios para el paciente mediante cambios en el mecanismo de acción.

Al clasificarlas según su duración en el organismo, se encuentran: insulinas de acción rápida o ultrarrápida, que se caracterizan por tener un efecto breve de entre 4 a 8 horas; hormonas y análogos de acción prolongada, cuya disponibilidad en el cuerpo puede variar de 12 a 24 horas.

Ventajas y desventajas

Carrillo, señaló que las insulinas humanas o convencionales (NPH y cristalina), tienen la ventaja de tener un menor costo y como desventaja, que en el curso de su acción tienen momentos de mayor concentración o picos, los cuales se traducen en mayores riesgos de ocurrencia de hipoglucemias. Por su parte, los análogos de insulina, debido a sus modificaciones moleculares, actúan con mayor rapidez que las insulinas humanas y presenta un riesgo mucho menor de hipoglucemia.

Independientemente al tipo de insulina, en el tratamiento ambulatorio todas son administradas por vía subcutánea y en las mismas áreas corporales: hombros, caras internas de los muslos, alrededor del ombligo o en los glúteos. Las insulinas modernas pueden aplicarse y transportarse fácilmente gracias al dispositivo diseñado para tal fin, de aspecto similar a un lapicero, que permite calcular la dosis.

Las insulinas humanas, requieren esperar un tiempo de aproximadamente 30 minutos para ingerir alimentos, después de su administración; mientras que las insulinas modernas (análogos), permiten comer inmediatamente después de ser inyectadas.

Indispensable en el tratamiento

“La ausencia de insulina en el paciente diabético, va a llevar a una escalada de eventos que comienzan con la elevación de la glucemia y que puede terminar en la ocurrencia de complicaciones agudas como la cetoacidosis diabética, que puede culminar en coma o muerte. También, cuando la carencia de insulina no es absoluta, se deriva en complicaciones crónicas a largo plazo, tales como la neuropatía, nefropatía, oftalmopatía o enfermedades cardiovasculares”, indicó el especialista en endocrinología.

Adicionalmente, el doctor Carrillo acotó que si el paciente recibe un exceso de insulina, inevitablemente presentará un cuadro de hipoglucemia, el cual puede variar en gravedad e ir desde leve y asintomático hasta grave, conduciendo a convulsiones, coma y en un bajo número de casos, a la muerte. Para evitar estas consecuencias no deseadas, recomendó mantener un buen control y disciplina por parte del paciente en la administración de la insulina y en el resto del tratamiento. 

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