La sexualidad es una parte integral de la experiencia humana que persiste a lo largo de la vida, y la capacidad de disfrutar de una vida sexual saludable no disminuye necesariamente con la edad. Si bien pueden surgir cambios físicos y hormonales con el envejecimiento, esto no implica la pérdida del deseo o la capacidad de experimentar placer sexual.
APUNTE.COM.DO.- REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El bienestar sexual no entiende de límites cronológicos. Después de los 50 años, hombres y mujeres atraviesan cambios físicos, hormonales y emocionales que pueden influir en su vida íntima, pero los especialistas aseguran que la sexualidad sigue siendo una fuente de salud, placer y calidad de vida.
Médicos y terapeutas coinciden en que el sexo en la madurez no solo es posible, sino recomendable. Las relaciones sexuales regulares contribuyen a disminuir el estrés, mejorar el sueño, fortalecer el sistema inmunológico y proteger la salud cardiovascular, además de fomentar la cercanía emocional y fortalecer vínculos de pareja.
En la mujer, la menopausia conlleva variaciones hormonales que pueden provocar sequedad vaginal, cambios en el deseo sexual o sensibilidad disminuida. Sin embargo, existen múltiples estrategias para mantener una vida íntima activa: lubricantes, terapias hormonales supervisadas por médicos, ejercicios de suelo pélvico y la comunicación abierta con la pareja son aliados esenciales. La educación sexual en la madurez permite que la mujer conozca su cuerpo y adapte la intimidad a sus necesidades.
En el hombre, la disfunción eréctil suele ser uno de los retos más frecuentes, vinculada a la circulación sanguínea, la hipertensión, la diabetes o factores de estrés. La actividad física regular, una alimentación saludable, la reducción del consumo de alcohol y tabaco, y la consulta médica especializada, permiten enfrentar esta condición con éxito y retomar la confianza sexual.
Más allá de lo físico, los expertos coinciden en que la actitud mental y emocional es determinante. Mantener la confianza en uno mismo, la comunicación sincera y el respeto mutuo son pilares para disfrutar plenamente de la intimidad. “La sexualidad en la madurez no se mide en frecuencia, sino en calidad y conexión emocional”, explican los psicólogos consultados por Apunte.com.do.
Además, cuidar los hábitos de vida tiene un impacto directo en la salud sexual. Realizar ejercicio regularmente, mantener una dieta balanceada, gestionar el estrés y priorizar el descanso son estrategias que potencian la vitalidad, la energía y la satisfacción sexual.
Hablar de sexualidad después de los 50 años ya no es un tabú. Cada vez más profesionales promueven la importancia de vivir esta etapa con naturalidad y apertura, reconociendo que la vida íntima puede ser tan satisfactoria y rica como en la juventud. La exploración de nuevas formas de intimidad, juegos eróticos adaptados a cada pareja y la atención plena a las emociones contribuyen a enriquecer la experiencia sexual.
En conclusión, el bienestar sexual no tiene edad. La clave está en el cuidado de la salud física, la autoconfianza, la comunicación afectiva y la disposición a disfrutar de una intimidad plena, consciente y gratificante en cada etapa de la vida. La madurez puede convertirse en un tiempo de descubrimiento, placer y conexión emocional más profunda que nunca.