¿Puede existir algo menos productivo que seguir las reglas y recomendaciones ajenas? Por otro lado ser un ninja y aprovechar cada minuto y segundo del día no solo es improductivo sino inhumano. No te fuerces a hacer lo que no puedes, solo sigue estas siete reglas de producción personal.
Céntrate en tus metas y prioridades. Si no sabes priorizar, ¿cómo vas a querer hacer todo en el mismo día? Empieza por lo importante y desciende hasta lo ínfimo de tu agenda.
Conoce tu ritmo y evita compararlo con el del resto. Quizás tú si puedes aguantar unas jornadas de trabajo de 15 horas y sacarle provecho, pero si no, evita mirar el logro ajeno comparándote. Cada uno tiene sus límites.
Intenta hacerlo lo mejor posible. Esfuérzate y sigue tus normas de ética personal para aceptar o no un trabajo, pero sobre todo, si lo aceptas, ve con todas.
Ama lo que haces. Es la regla principal, ya que si no le pones amor a tus acciones en el trabajo, ¿cómo esperas que salgan bien?
Sé flexible, adáptate y sé creativo. Esto atañe al trabajo en equipo y a tu actitud, ya que si ésta es positiva, el equipo lo agradecerá siendo más productivo y eficaz.
Trabaja duro cuando tengas que hacerlo, pero no cuando no tengas porqué. Tus horarios pueden ser largos, pero limita a dar todo de ti dentro de ellos. Eso sí, una vez que descanses, no pienses siquiera en tus tareas
Cuídate. Una balanza intangible ha de estar presente en tu trabajo y vida personal. No sacrifiques comidas o reuniones personales por intentar ser más productivo, ya que a largo plazo será contraproductivo evitar estos momentos tan tuyos.