Recientes investigaciones han revelado la existencia de un nuevo peligro para la humanidad, tan importante como las guerras, la hambruna o el cambio climático.
Se trata de las “superbacterias”, causantes de enfermedades que la medicina actual no está en condiciones de tratar.
La defensa contra esta amenaza es, paradójicamente, igual a su origen. Según Antony Fauci, director del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, el uso indiscriminado de antibióticos está provocando que las bacterias se vuelvan cada vez más resistentes a los mismos. La tendencia indica que, en no mucho tiempo, simples enfermedades o infecciones se volverán imposibles de tratar.
Uno de los protagonistas de esta alarmante historia es el grupo de bacterias CRE. Conocidas entre los expertos como “bacterias pesadilla”, las CRE son inmunes a casi todos los antibióticos y responsables de enfermedades mortales. Lo curioso de esta familia de gérmenes es que se encuentra, en la mayoría de los casos, en hospitales y centros de salud.
Adam Roberts, doctor de la University College London, augura que la falta de tratamientos médicos contra las superbacterias, además de provocar cada vez más muertes por enfermedades, será la causa de severos enfrentamientos sociales en un futuro cercano. Mientras Roberts se lanza a la búsqueda de nuevos antibióticos para evitar esta crisis, otros expertos proponen una solución diametralmente opuesta: disminuir el uso de los ya existentes, generando conciencia tanto entre sus consumidores como en los médicos que los recetan.
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