Con regularidad las chicas andan en busca de productos sencillos, pero efectivos para su rutina de belleza. Algunas creen que necesitan invertir grandes sumas de dinero en cosméticos y tratamientos para mantenerse hermosas y radiantes, sin tener la menor idea de que ahí en su casa tienen al mejor aliado para la piel, el cabello y los dientes. Ese producto maravilloso que tienes ahí a mano y que quizás no te has dado cuenta se llama baking soda o bicarbonato de sodio.
¿Para qué te sirve el baking soda? Veamos algunos de sus usos. ¡Te sorprenderás!
1. Para las uñas: El bicarbonato de sodio es perfecto para tu manicura porque exfolia y suaviza las cutículas e incluso hasta remueve esas manchas que deja el esmalte de uñas.
Para usarlo, utiliza un cepillo para aplicar baking soda. Luego, restriégalo en las uñas. También puedes hacer una pasta y realizar movimientos circulares en las manos. Enjuaga con agua tibia, límate las uñas y aplica esmalte.
2. Cuida tu cabello: Es ideal para dejarte el cabello limpio y manejable. Espolvorea una pequeña cantidad de este producto en tu â??melenaâ? junto con tu shampoo y lava como siempre.
3. Exfoliante para la piel: Tener una piel radiante y tersa es posible si aplicas bicarbonato de sodio, pues funciona para remover células muertas de tu rostro, cuerpo, manos y pies. La forma ideal de aplicarlo es hacer una pasta con tres partes de baking soda y una de agua. Los movimientos que deberás realizar sobre la piel son circulares.
4. Luego de depilarte: Si sientes ardor luego de rasurarte, obtén alivio instantáneo al aplicar baking soda luego de formar una pasta con agua.
5. Limpiar tus cepillos y peines: Es ideal para eliminar los residuos naturales de grasa y productos en tus cepillos para tener tu cabello con más lustre y brilloso. Echa una cucharada de bicarbonato en una taza con agua tibia. Enjuaga tus cepillos y peines y ponlos a secar.
6. Limpiar tus dientes: Te ayuda a mantener los dientes limpios y blancos. Vierte una cucharada en una taza llena hasta la mitad con agua y enjuágate la boca.
Fuente: Siempre Mujer