El hirsutismo o hipertricosis consiste en un crecimiento de vello excesivo en las mujeres. Etiología, significado y diagnóstico.
Aunque pueden desarrollarlo también los hombres, el hirsutismo representa un problema mucho mayor en las mujeres. Las zonas afectadas suelen ser el labio superior, las patillas, barbilla, areolas mamarias, tórax, ingles, piernas y espalda. Suele ser una característica hereditaria y que afecta más a las personas de ascendencia mediterránea.
Tanto en mujeres como en niños suele estar relacionado con alteraciones en la hipófisis, donde se producen en exceso esteroides masculinizantes. También se presenta más a menudo tras la menopausia y en personas que utilizan medicamentos anabolizantes o corticosteroides. El minoxidil, para la presión arterial, también puede provocar estos efectos indeseables.
Etiología del crecimiento de vello excesivo
Las causas más frecuentes asociadas al hirsutismo son:
Síndrome de ovario poliquístico: acostumbra a iniciarse en la pubertad. No se sabe a ciencia cierta la causa, aunque el aumento de la hormona luteinizante respecto de la proporción del folículo estimulante, conlleva la anovulación crónica con folículos inmaduros y la producción elevada de andrógenos, lo que a la postre deriva en hirsutismo, además de acné, amenorrea, alteraciones menstruales y esterilidad.
Hipertecosis ovárica: se trata de una enfermedad de los ovarios en la que proliferan islas de células de la teca, lo que se traduce en un aumento de los andrógenos.
Hirsutismo idiopático o familiar: existe una mayor sensibilidad de la piel a los andrógenos o al aumento de la actividad a nivel cutáneo, de una enzima llamada 5-alfa-reductasa. Se inicia con la pubertad, es hereditario y no presenta otros problemas adicionales.
Hiperplasia suprarrenal congénita: en este caso el problema se debe a la ausencia de una de las enzimas necesarias para la síntesis del cortisol, lo que origina un aumento de la hormona hipofisaria ACTH, que es la encargada de estimular la producción de andrógenos suprarrenales.
Hipotiroidismo: disminuye los niveles de proteína que transporta la testosterona, lo que comporta un aumento de la testosterona libre, que es la fracción libre.
Síndrome de la enfermedad de Cushing: aparece debido al incremento en la producción de cortisol o por la utilización de ciertos medicamentos, sobre todo algunos anticonceptivos orales y los corticoides.
Diagnóstico del hirsutismo
El primer paso consiste en realizar una historia clínica que aporte datos sobre la fecha de inicio del crecimiento del vello, de la aparición de acné o la caída del cabello, si es el caso, así como la evolución posterior. También es necesario conocer la fecha de la primera menstruación y la periodicidad de las siguientes. Igualmente hay que proceder a una exploración física para cuantificar el crecimiento, la longitud y el grosor del cabello, evaluándolo por zonas.
Generalmente se necesita determinación de la testosterona, proteína transportadora de hormonas sexuales, glucurónido, dehidroepiandrosterona-sulfato, androstendiona, 17-hidroxiproprogesterona, hormona luteinizante, y folículo estimulante. Ante la posibilidad de una hiperplasia suprarrenal se recomienda hacer un test de estimulación ACTH.
Tratamiento del hirsutismo
El tratamiento más eficaz es aquel que combina los estrógenos y un antiandrógeno por un periodo de un año. El antiandrógeno (espironolactona, flutamida, acetato de ciproterona u otros) debe escogerse en función de la causa que provoca el hirsutismo.
Como paliativo estético, los pacientes pueden someterse a los cuidados estéticos que estimen oportunos, como puede ser la depilación laser, aunque hay que tener en cuenta que estos procedimientos no van a solucionar el problema.