Brucelosis humana, canina y bovina: tratamiento, síntomas, causas

Brucelosis o fiebre de Malta es una enfermedad infecciosa causada por el contacto con animales portadores de la bacteria Brucella. Diagnóstico y prevención.

Publicado por Joan Lozoya

La brucelosis o fiebre de Malta es una enfermedad infecciosa cuyo origen está en un microorganismo llamado Brucella. Este se encuentra en las secreciones y excrementos de animales como la vaca, el cerdo o la cabra, entre otros.

El contagio se produce cuando se entra en contacto directo con estos desechos, de ahí que se la considere una enfermedad profesional que afecta en mayor medida a veterinarios, granjeros o ganaderos. También se puede adquirir la brucelosis bebiendo leche de estos animales cuando esta no ha sido debidamente pasteurizada, o bien con los derivados de la leche que contengan microorganismos viables.

Brucelosis bovina

La brucelosis bovina se conoce también como aborto infeccioso, afectando al ganado bovino sin distinción de edad, aunque es más frecuente en los ejemplares sexualmente adultos.

El contagio de los animales se puede producir a través de la alimentación; leche, pastos o aguas contaminadas. También con el contacto con las secreciones de animales infectados o a través de la inseminación artificial con semen contaminado.

Los signos más comunes son el aborto, la infertilidad o nacimiento de terneros muertos o débiles en el caso de las hembras. Los machos pueden presentar inflamación o atrofia en los testículos, infertilidad, inflamación de las vesículas seminales y, ocasionalmente, artritis.

La brucelosis bovina puede detectarse mediante exámenes de laboratorio, bien con un aislamiento bacteriológico o mediante pruebas que confirmen la presencia de anticuerpos en la leche o el suero.

La brucelosis se puede prevenir fácilmente vacunando a las terneras entre los 3 y los 8 meses de edad. Conviene realizar exámenes periódicos para conocer el estado de los animales, identificando a los animales infectados para llevarlos al matadero, evitando de este modo el contagio a otros animales sanos.

Brucelosis canina

La brucelosis canina se manifiesta en todos los perros, pero con mayor prevalencia en aquellos perros destinados a fines reproductivos. El contagio se produce por vía sexual y por la ingestión de alimentos contaminados. Al localizarse las bacterias en la placenta, los cachorros ya se infectan en el útero, por lo que el índice de mortalidad es elevado.

El aborto es el síntoma más común en las hembras, mientras que los machos pueden presentar esterilidad e inflamación en los testículos. El tratamiento antibiótico contempla el uso de tetraciclinas o estreptomicinas. Es un tratamiento prolongado en el que el animal debe someterse a controles periódicos.

Aunque la brucelosis en los perros no presenta la gravedad que se da en otras brucellas animales, la prevención aconseja castrar a los animales infectados, tanto hembras como machos, para evitar de este modo la propagación de la enfermedad, así como el contagio a humanos.

Síntomas de la brucelosis humana

La brucelosis aguda se puede iniciar con síntomas parecidos a los de la gripe. El periodo de incubación puede ser largo; de cinco días hasta varios meses, aunque lo más frecuente sea un periodo promedio de unas dos semanas. Los síntomas más comunes abarcan:

Dolor de cabeza.
Fiebre.
Dolor articular, muscular, abdominal y de espalda.
Fatiga y debilidad.
Sudoración.
Falta de apetito y pérdida de peso.
Ganglios inflamados.
La fiebre puede persistir algunas semanas, remitir unos días y volver a reaparecer. Esto proceso, con picos febriles y remisiones, se puede prolongar durante meses. De ahí que, además de ser conocida como fiebre de Malta, también se la denomine fiebre ondulante. La enfermedad puede cronificarse y durar años, de ahí la importancia del diagnóstico y el oportuno tratamiento.
Tratamiento, diagnóstico y prevención de la brucelosis

Las medidas preventivas siempre son el primer argumento a tener en cuenta. La prevención contempla tomar leche y derivados lácteos pasteurizados y, para las personas que manipulan animales y reses muertas, el empleo de gafas y guantes de goma. Igualmente se debe evitar la contaminación a través de las heridas. También se procederá a la vacunación de los animales y la detección y sacrificio de los animales infectados.

El diagnóstico se lleva a cabo con una prueba específica con suero del afectado. Mediante cultivos, aislando el microorganismo de la sangre u otros tejidos, el diagnóstico es definitivo.

El tratamiento consiste en la administración combinada de tetraciclinas con estreptomicina. Según las guías eleboradas por la OMS las dos opciones recomendadas, y también más utilizadas, incluyen la doxiciclina durante 6 semanas, combinada con estreptomicina durante 2 a 3 semanas, o rifampicina durante 6 semanas.

Se han utilizado otras combinaciones alternativas, con aminoglusósidos como la netilmicina o la gentamicina. También se ha empleado en muchas zonas la combinación trimetoprima-sulfametoxazol. Otra posilibidad incluye las quinolonas. Las combinaciones que incorporan ciprofloxacina y ofloxacina han tenido una eficacia similar a los tratamientos clásicos.

Es un tratamiento que suele ser largo, al menos seis semanas, aunque aquellos pacientes con brucelosis aguda no complicada suelen recuperarse por completo. A pesar de no ser muy frecuentes las complicaciones pueden darse ocasionalmente. Algunas de ellas incluyen la meningoencefalitis, la endocarditis infecciosa, absceso hepático, orquitis o colecistitis.

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