Los piojos de la cabeza, un problema que durante mucho tiempo fue la maldición de padres e hijos en todo el país, está empeorando: ahora se han encontrado cepas de los molestos parásitos resistentes a casi todos los tratamientos sin receta en por lo menos 25 estados.
Los piojos -y otros insectos- se están haciendo cada vez más resistentes a los piretroides, ingredientes activos en la mayoría de preparaciones disponibles sin prescripción médica, según Kyong Yoon, profesor adjunto en la Southern Illinois University de Edwardsvillle.
Yoon fue parte del equipo de investigación que descubrió estas cepas y que en un nuevo estudio decidieron averiguar qué tanto se habían extendido estas cepas resistentes.
"Reunimos 109 poblaciones de piojos y 104 tenían altos niveles de mutaciones genéticas" informó Yoon en el congreso anual de la Sociedad Estadounidense de Química.
Los piretroides, versiones sintéticas de una substancia química que se encuentra en los crisantemos, se enganchan a los receptores en sistemas nerviosos de los insectos, paralizándolos y matándolos.
Pero a lo largo de los años, indica Yoon, los piojos han evolucionado de una manera tal, que los químicos ya no encajan con precisión en los receptores, por lo que desbaratan su capacidad de matar insectos.
El hallazgo no significa que no se pueda matar piojos con piretroides, replicó Yoon. Pero hará falta una dosis más alta.
La dermatóloga pediátrica Robin Gehris dice que a pesar de este descubrimiento, sigue creyendo en los tratamientos sin receta. Aunque puedan ser menos efectivos, funcionan gran parte del tiempo, puntualizó.
En algunos casos, los tratamientos no hacen un buen trabajo, porque los padres no los usan como está indicado.
Si se usa un tratamiento sin receta, debe asegurarse de aplicarlo una segunda vez de cinco a siete días después, señaló Gehris. Algunas terapias no matan todas las liendres la primera vez, y los sobrevivientes nacerán una semana más tarde.
También debe asegurarse de dejar el tratamiento el tiempo suficiente.
A veces las terapias fracasan debido a que se enjuagan demasiado pronto, sostuvo Gehris. "Hay que dejarla durante la noche con un gorro de ducha", agregó. "Una razón frecuente del fracaso es que a los niños no les gusta el olor y se quieren enjuagar pronto".
Si su niño sigue teniendo piojos después de todo eso, podría tener que ver a su pediatra para obtener una prescripción para uno de los tratamientos a los cuales los piojos todavía no se han hecho resistentes, dijo.
En cuanto a los remedios caseros, no hay pruebas de que funcionen, según Gehris. Su popularidad se debe a consejos dados en numerosas escuelas de enfermería.
"Aceite de oliva, mayonesa, vaselina, son todos tratamientos que no recomendaría", expresó. "Pero escucho todo el tiempo a enfermeras de escuela recomendándolas".
Con todo, Gehris no rechaza completamente esas terapias. "Si quieres usar mayonesa como adjunto, me parece bien", explicó. "Teóricamente, podría funcionar si pones una capa suficientemente gruesa como para que los piojos no puedan respirar. Pero es difícil imaginarlo".
Hay malas noticias para los padres que confían únicamente en el método de espulgar con peines de dientes finos: no hay pruebas del éxito de estos peines, señaló el doctor Bernard Cohen, profesor de pediatría y dermatología en el Johns Hopkins Children's Center. "Ha habido un par de buenos estudios que muestran que espulgar realmente no funciona", expresó.
La terapia de aire caliente podría resultar atractiva para los padres que no desean tratar a sus hijos con químicos, indicó Cohen, añadiendo que la Agencia de Alimentos y Medicamentos ha aprobado dispositivos para este propósito. La desventaja, afirmó, es que los niños necesitan estar bajo el calor durante unos 30 minutos.
Finalmente, si nada más funciona, hay una última opción que ha demostrado ser 100% efectiva, incluso si los chicos en general la odian, puntualizó Cohen. "Eso es lo que yo llamaría 'destrucción del hábitat'", explicó. "Si uno destruye el hábitat de un organismo, se muere".
En lenguaje común y corriente, la solución afeitar la cabeza del niño: sin pelo no hay piojos.
Fuente: Telemundo local