Deportes para niños hiperactivos

Vacaciones escolares es sinónimo de inquietud infantil que deambula entre las cuatro paredes del hogar, que patea una pelota contra el muro de la casa de la abuela, que desahoga en algún campamento eventual y que colma la paciencia parental cuando además el niño es hiperactivo.

Deportes recomendados para niños diagnosticados con hiperactividad.

Las actividades que se enumeran a continuación también resultan adecuadas para los pequeños con déficit de atención, para los que se aburren de todo muy pronto y para aquellos a quienes les cuesta mucho controlar las emociones. Veamos:

Aprender a nadar favorece la socialización y la solidaridad. Mejora la salud física del niño, su flexibilidad, coordinación, agilidad, velocidad y fuerza muscular, y además condiciona una mejor respuesta cardiovascular.

En niños con problemas neurológicos y parálisis cerebral, el medio acuático a 28° de temperatura permite que los músculos y el sistema nervioso pasen del estado de tensión al de relajación.

Por otra parte, el uso de un traje de baño con el que se sienta cómodo le permite al niño mostrar su imagen real. Esto le ayudará a conocerse, respetar a los demás y a superar sus propios miedos.

Rodar es un ejercicio magnífico que aumenta resistencia y agilidad, mejora las articulaciones, y favorece el sistema circulatorio y respiratorio.

Estimula la coordinación y el equilibrio corporal, y además favorece el desarrollo intelectual del niño, a tal punto que algunos estudios indican que los pequeños que van a la escuela en bicicleta son más inteligentes.

Por otra parte, andar en bicicleta reduce la ansiedad y el estrés, crea vínculos sociales, y fomenta valores como el compañerismo, el respeto, la tolerancia y la solidaridad.

En líneas generales la gimnasia ayuda a corregir malas posturas, fomenta el equilibrio y la concentración, y desarrolla el sentido de la armonía y la estética.

Los niños que practican gimnasia se sienten más seguros de sí mismos. Además, les enseña la importancia del trabajo en equipo, del compañerismo y del respeto por los demás.

Son muy variadas las disciplinas en las artes marciales, pero en líneas generales todas apuntan semejantes beneficios. Por ejemplo, canalizan la ira de forma saludable, los niños aprenden a ser más disciplinados, respetuosos y pacientes.

Las artes marciales fomentan el aprendizaje y el manejo de tiempos de espera, facilita la concentración, favorece el equilibrio cuerpo-mente y trabaja el autocontrol.

Esta actividad ideal para descargar adrenalina y energía mejora la agilidad, potencia los reflejos, aumenta la velocidad, fortalece la resistencia y mejora el hábito del sueño.

El atletismo incorpora más fácilmente al niño en los círculos sociales, lo hace más colaborador y menos egoísta. Además, potencia la creación y regularización de buenos hábitos en general.

El yoga es una disciplina que enseña técnicas de respiración y control de ansiedad, ayuda a encontrar el equilibrio de las emociones, fortalece la autoestima y mejora las posturas físicas.

Para todas las personas en general, el yoga es un ejercicio ideal. Sin embargo, un niño que aprende a meditar y auto controlarse, es capaz de verbalizar sus sentimientos de una manera muy saludable, y esta condición le puede garantizar una adultez más feliz.

Este tipo de deporte es excelente para niños nerviosos o hiperactivos. Es muy intenso, tiene reglas estrictas que cumplir y una disciplina que ayuda al pequeño a mejorar velocidad, agilidad, reflejos y flexibilidad, aumentando de manera especial su fuerza muscular en brazos y piernas.

Este tipo de deporte de raqueta ayuda al niño a drenar energía y a focalizar su atención en un tema de interés.

Por supuesto, a cada niño le motivará un deporte diferente. Lo importante es que los padres se tomen un rato para tantear cuál es la actividad deportiva con la que el pequeño hiperactivo se sentirá a gusto.

Fuente: Revista Dominical / LD

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