Conoce el sanador nado con delfines en Venezuela

Entre las cosas que no se pueden dejar de vivir, al tener la primera oportunidad, está sin duda ¡nadar con delfines! Para sorpresa de muchos, Venezuela desde hace unos 15 años es el único país en Latinoamérica donde sumergirse en una piscina con estas hermosas criaturas marinas, es una renovadora terapia.

Sembrado en Pampatar, en la isla de Margarita, el Dolphin Research Center of Venezuela que funciona en Waterland, recibe a decenas de pacientes de diferentes partes del país y a extranjeros que alistaron sus maletas desde lugares tan distantes como Checoslovaquia, Argentina, Perú, Estados Unidos, Ecuador, Brasil y la vecina Colombia, con la motivación de iniciar un tratamiento de 15 sesiones con estos inteligentes mamíferos marinos.

Desde 1995, Waterland ha estudiado los cambios a niveles neurológicos, físicos y químicos ocasionados por la emisión de ondas ultrasónicas del delfín. Pero, más allá de los efectos a nivel científico, muchos visitantes destacan lo “mágico” que es el nado con ellos.

“Yo estaba embarazada de mi primer bebé. Ya tenía más de 7 meses cuando fui con mi esposo para el nado con delfines que dura media hora. Estás con la permanente atención de los guías dentro de la piscina, -no tiene contraindicación si el embarazo es normal-. Hacía poco que me había hecho un ecograma y todo estaba perfecto. Pero a los pocos momentos de sumergirme en el agua, un delfín se me acercó y me daba pequeños golpecitos con el hocico en mi barriguita, mientras emitía inconfundibles sonidos. Se me erizó la piel. Yo sentí que el delfín estaba cantándole a mi bebé. En Waterland me explicaron que el radar natural de los delfines (ecolocalización) es capaz de detectar al bebé y me recomendaron que me hiciera un nuevo ecograma. Para mi sorpresa, ese encuentro mágico lo salvó porque se estaba ahogando con el cordón umbilical y seguramente el delfín lo escuchó. Me practicaron una cesárea de urgencia y todo salió bien”, compartió la ama de casa Lucía Sánchez, de 32 años.

Todos los días, personas de todas las edades visitan Waterland para nadar con los delfines luego de reservar el día y la hora disponibles. El solo hecho de verlos saltar en el agua, emitir sus particulares sonidos, maravillarse con su inteligencia al verlos obedecer las órdenes de los entrenadores y cómo se acercan con gran entusiasmo, ya es una terapia.

En cuanto a la delfinoterapia (dirigida a pacientes con diversas condiciones como autismo, parálisis infantil, cáncer, ACV, estrés, drogadicción, alcoholismo, retardo mental, diabetes, mal de Alzheimer, entre muchas más), nos habla el fisioterapeuta Joseph Pérez : “La base de la aplicación de la terapia neuroestimulante interactiva está dada por la emisión de ondas ultrasónicas de altísima frecuencia y de amplitud diversa que es capaz de producir el delfín. Estas ondas estimulan directamente al hipotálamo para producir unos neurotransmisores conocidos como endorfinas”.

Pacientes con diversas condiciones reciben las terapias

Destaca que “a nivel glandular las ondas actúan sobre el hipotálamo y ocasiona cambios en el sueño, peso, apetito y respuestas emocionales, mientras que las células plurifuncionales ocasionan cambios a nivel motor, equilibrio, coordinación, respuestas intelectuales, aprendizaje y memoria”.

Los cambios emocionales también son destacados por los fisioterapeutas

Pero, ¿qué significa esta explicación científica? La calidad de vida del paciente mejora y, para muchos, se dan asombrosos progresos para la sanación. Uno de los casos más conocidos en la isla de Margarita ocurrió hace algunos años cuando una niña que tenía un tumor en el cerebro, y ya con fecha para su operación, fue llevada por sus padres a la delfinoterapia. Los resultados fueron casi milagrosos. Después de sesiones durante trece días continuos a la niña le practicaron nuevos exámenes. ¡Ya no hacía falta la operación!
Los médicos certificaron que el tumor se había reducido a un nivel que podía seguir un tratamiento sin necesidad de cirugía.

Los sonidos de alta frecuencia de los delfines estimulan el sistema nervioso

Los sonidos de alta frecuencia estimulan el sistema nervioso y el mensaje va directo al cerebro, produciéndose sustancias que en condiciones normales no estarían en esa cantidad, detalla el fisioterapeuta.
Otro testimonio es compartido por Ana González Morales, quien se cuenta entre las personas que han visitado a los amigos marinos en Margarita: “Estas experiencias tan gratificantes son las que nos animan a buscar alternativas para que nuestros seres queridos puedan recuperarse de alguna molestia, malestar y en algunos casos de alguna condición. Con la ayuda de Dios y ese excelente equipo de terapeutas”.
El interés por la delfinoterapia y el diferencial cambiario que la hace mucho más accesible en Venezuela que en muchos otros países (En Estados Unidos llega a costar hasta 10 mil dólares), ha llevado a que quienes tengan el interés reserven con mucha anticipación su cupo. Para lo que resta de 2015 ya no hay disponibles.

Independientemente de si se realizan las sesiones o se visita Waterland para nadar con los delfines, la experiencia suele ser inolvidable. Esta reportera también lo vivió y da fe de ello. Ver cómo nosotros los seres humanos desarrollamos lazos que no necesitan de un lenguaje común con ellos, es algo único.

La periodista Patricia Quiñónez al momento de compartir el nado con los delfines

Sociables y cariñosos, el solo hecho de estar cerca ya es una terapia
En esas piscinas, a lo largo de 15 años, muchos han encontrado la segunda oportunidad que tanto ansiaban y que científicamente no tenía explicación. Así compartimos el video con el testimonio de Diana Camacho, de 28 años, quien el 28 de mayo de 2014 sufrió un trágico accidente.

Su diagnóstico médico fue lesión medular, fractura de la vértebra L1 y D12 comprometido.

El viernes 13 de marzo, 10 meses después de su accidente, dio sus segundos primeros pasos. “Me siento muy contenta porque pude caminar bastante y quedé agotada”, dijo emocionada luego de completar la delfinoterapia que le devolvió la fuerza y el entusiasmo por volver a caminar la vida.

Pueden visitarlos en su página en Facebook haciendo click aquí si desean mayor información.

Fuente: Panorama / LD

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