El texto, de acuerdo con un comunicado divulgado por la Organización Panamericana de la Salud, da cuenta de las enormes desigualdades geográficas que existen en el acceso a los servicios de salud mental
Autor: Lisandra Fariñas Acosta | lisandra@granma.cu
15 de julio de 2015 23:07:15
En el mundo hay, en término medio, menos de un trabajador de salud mental por cada 10 000 personas, según el Atlas de Salud Mental 2014 (Mental Health Atlas 2014), documento que acaba de publicar la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El texto, de acuerdo con un comunicado divulgado por la Organización Panamericana de la Salud, da cuenta de las enormes desigualdades geográficas que existen en el acceso a los servicios de salud mental.
“En los países de ingresos bajos y medianos, la tasa se sitúa por debajo de uno por cada 100 000 personas, mientras que en los países de ingresos altos es de uno por cada 2 000”.
Las estadísticas reflejan que en el planeta, casi uno de cada diez personas padece un trastorno mental, pero solo el 1 % del personal sanitario mundial presta sus servicios en esta esfera. Casi la mitad de la población mundial vive en países donde hay menos de un psiquiatra por cada 100 000 habitantes.
Por otra parte, el informe señala que el gasto mundial en salud mental sigue siendo muy escaso. La mayor parte del gasto corresponde a hospitales psiquiátricos, en los que se presta atención a una pequeña proporción de las personas que lo necesitan.
Según el Atlas, “los países están avanzando en la elaboración de políticas, planes y leyes sobre salud mental, que constituyen los cimientos de una buena gobernanza y del desarrollo de los servicios. Sin embargo, la mayoría de las políticas y leyes no están plenamente en consonancia con los pactos internacionales de derechos humanos, su aplicación es deficiente, y las personas con trastornos mentales y sus familiares solo participan de manera marginal en su elaboración”.
Preparar y formar en el campo de la salud mental a los profesionales de la salud, fundamentalmente los vinculados a la atención primaria, es esencial para reforzar su capacidad de reconocer y tratar a las personas con trastornos mentales graves y comunes.
El texto reconoce que si bien desde el 2011, el número de enfermeros de salud mental ha aumentado en un 35 %, sigue habiendo escasez en todas las disciplinas.
Un reto ante el creciente número de personas que padecen demencias como el Alzheimer o demandas de cuidados de deshabituación a las adicciones.