Editora de ActitudFEM, surfista profesional (del Internet) y cocinera de closet. Especialista en datos curiosos, zombies y cultura pop.
¿Cuántas veces no te dijo tu mamá que no te tronaras los dedos porque se te iban a enchuecar?
Al doctor Dr. Donald Unger su mamá se lo dijo tanto que decidió convertirse en un caso de estudio, y pasó más de 60 años tronándose sólo los dedos de la mano izquierda al menos dos veces al día. Después de todo ese tiempo concluyó que no pasa nada (así que ya le puedes decir a tu mamá que no se estrese).
En realidad son muchos los estudios, que comprueban que no hay relación entre tronarse los dedos y desarrollar artritis. Uno de estos estudios publicado en el “Journal of the American Board of Family Medicine” en 2010 encontró que, en un grupo de 215 participantes entre las edades de 50 y 89, sólo 18% de quienes se tronaban los dedos desarrollaron artritis (algo que podría no tener nada que ver con esto de tronar los dedos).
¿Por qué no afecta? Cuando te “truenas” los dedos en realidad no truena nada. El ruido que escuchas son pequeñas burbujas que se rompen en el líquido que lubrica tus articulaciones.
Cuando estiras los dedos para poderlos tronar la articulación se expande, esto provoca que se “despresurice” la articulación y que los gases que normalmente están disueltos en el líquido (como dióxido de carbono, oxígeno y nitrógeno) formen burbujas. Pero cuando provocas que la articulación regrese a su lugar original estas burbujas se rompen y hace ese “pop” que tanta satisfacción provoca.
Así que si tienes el hábito, ¡no te estreses! Aparentemente no pasa nada.