La familia de Rebeca Aversano sufrió un duro golpe al perder a su hermano Joshua, de tan solo 21 años, en un brutal atropello.
Sin embargo, decidieron donar sus órganos para poder salvar la vida de otras personas, y lo hicieron. Richard Norris, un hombre con la cara desfigurada por un accidente, recibió el rostro del joven.
El trasplante fue todo un éxito, y ahora Rebeca y Richard han protagonizado un emotivo reencuentro.