Pedro J. Torres: Desde su nacimiento hay que ocuparse del peso de los niños

Una pregunta frecuente en prevención de salud está relacionada con la edad en que hay que preocuparse del peso de los niños, expertos en la materia ofrecen y han organizado algunos consejos para ayudar a los más pequeños a ser saludables.

Pedro J. Torres, presidente de la Fundación Torres-Picón, estima y comparte, coincidiendo con éstos, que no existe ninguna edad específica para empezar a prestar atención focalizada al peso de un niño, sino que se lo debe seguir constantemente en cada visita médica normal, a partir de su nacimiento.

Los especialistas sugieren que, cuando de controlar el peso de un niño se trata, mientras antes se intervenga, es mejor. Así lo han revelado varios estudios, dejando atrás la antigua creencia de algunos padres que aseguran que un niño con sobrepeso simplemente “crecerá” y terminará por perder los kilos extra, reseñan medios de comunicación sobre el tema.

“En la mayoría de casos, desgraciadamente eso no ocurre. Muchos niños y adolescentes con algún grado de obesidad tienden a permanecer así de adultos, a menos que se hagan los cambios necesarios para permitirles alcanzar y permanecer con un peso sano”.

Seema Kumar, endocrinologa pediátrica de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, ha divulgado algunos consejos oportunos y valiosos para controlar el peso de los niños:

1.- No existe ninguna edad específica para empezar a preocuparse sobre el peso de un niño, sino que se lo debe seguir constantemente en cada visita médica normal, a partir del nacimiento.

Si en algún momento el peso del niño empieza a subir rápidamente, evaluarle la salud puede permitir identificar qué cambios serían útiles, tanto en la alimentación como en el estilo de vida.

Calcular el peso según la estatura, o sea obtener el índice de masa corporal (IMC), generalmente es una parte útil de la evaluación.

2.- El IMC es una fórmula que utiliza el peso y la estatura para calcular la grasa corporal, tomando también en cuenta la edad y el sexo. En la mayoría de personas, incluso en los niños, el IMC ofrece un cálculo razonable de la grasa corporal.

Un IMC entre los percentiles 85 y 94 normalmente plantea gordura infantil, y un IMC en o por encima del percentil 95 se considera obesidad.

3.- Si un niño está gordo, entonces el médico posiblemente evalúe los hábitos alimentarios y el nivel de actividad del niño. Se debe conversar con el profesional de la salud respecto a lo que normalmente ingiere el pequeño y sobre el tamaño habitual de las porciones. Hay que revisar también cuánto ejercicio y actividad física realiza el niño a diario.

4.- Los alimentos con alta densidad calórica son, por ejemplo, las hamburguesas con queso, el helado, las papas fritas, la leche entera, las donas, los frutos secos, las hojuelas fritas de papa y las pasas.

Entre los ejemplos de alimentos con baja densidad calórica están las frutas, como las uvas, las fresas y las manzanas, así como las hortalizas de hoja verde, la leche descremada, los cereales para desayuno sin azúcar, el pollo a la parrilla y las palomitas de maíz reventadas con aire.

5.- Si su hijo ingiere alimentos con menor densidad calórica, entonces puede comer porciones mayores, pues simultáneamente consume menos calorías.

Eso significa que no tiene que negarle comida al niño cuando está hambriento, sino que puede ofrecerle alimentos con menos contenido calórico que son mejores para él y le pueden ayudar a controlar el peso.

6.- Además, observe la rutina de alimentación de la familia porque ésta influye mucho sobre la forma en que un niño come. Procure ofrecer comidas sanas, bien balanceadas y a horas constantes todos los días.

Tratemos que, por lo menos una vez al día todos los miembros de la familia se sienten juntos sin distracciones y apague el televisor, los teléfonos y demás aparatos electrónicos durante esa hora de comida familiar, porque eso promueve que la comida sea un acto más consciente y reduce la posibilidad de comer en exceso.

7.- La evaluación médica debe incluir toda la información necesaria para que muchos niños con exceso de kilos puedan encaminarse por una senda más sana hacia un peso controlado.

En algunos casos es recomendable una consulta con un especialista en dietética, lo que puede ser particularmente útil en niños que sufren otras enfermedades o problemas de salud relacionados con la ingesta de alimentos.

En cuanto a los niños obesos, claro que es útil remitirlos a un médico especializado.

Pedro J. Torres, vocero y presidente de la Fundación Torres-Picón, que trabaja en prevenir la obesidad infantil, dijo que era conveniente tomar en cuenta la opinión y consejos de esta especialista en materia de la prevención general en salud y en particular en cuanto atañe al peso de los niños.

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