Tips para tu bienestar físico y mental

En cuestiones de belleza y de mantener u obtener un cuerpo saludable y en forma no existe una formula exacta e inapelable.

A cada cuerpo y a cada persona le pueden resultar efectivos distintos planteamientos o acciones en busca de objetivos, ya sea deportivos, estéticos o de bienestar.

En los períodos estivales es cuando más salen a relucir los programas de ejercicios maravillosos, las dietas prodigiosas, los productos estéticos milagrosos. Tal vez algo de esto pueda ser resultón o útil, pero difícilmente nos lleve a un buen puerto, si de equilibrio y salud hablamos.

Las verdaderas claves se encuentran en las costumbres cotidianas -cada cosa que hacemos, cada día, cuenta- la voluntad, la curiosidad, el ánimo de saber y un asesoramiento adecuado.

Si lo que buscas es un cuerpo apto, fuerte, tonificado y sin desajustes estéticos, lo mejor es ponerse en manos de un equipo profesional competente. Si se te avería el coche vas al mecánico, si te duele una muela al dentista. Con nuestro cuerpo, la actividad física y la nutrición, lo mismo; hay que acudir a un profesional de la salud.

Por otra parte, es necesario comprender que nuestros cuerpos van cambiando con el paso del tiempo y con las circunstancias que este trae: niños, cambios de hábitos o actividades diarias, prisas, cargas laborales y domésticas. Entonces, si nuestras exigencias físicas van cambiando con el transcurso de los meses y los años, como consecuencia de esto también nuestras necesidades nutricionales o de descanso se modifican. Y atención, esto no significa que con el tiempo estaremos peor: siempre se puede mejorar.

A continuación sugiero 5 tips que pueden ser de muchas utilidad para encontrar tus objetivos:

Constancia. Sé constante, disciplinado y paciente -Roma no se construyó en un día-. Busca crear hábitos saludables y abrázalos, hazlos tuyos. Aprende a decir que no a las tentaciones. Elige ser feliz cada día con acciones que proporcionen un impacto positivo en tu vida.

Alimentación consciente. Ten presente que alimentos llevas a tu plato y a tu boca. Come alimentos sanos, cercanos a su estado natural y realmente nutritivos. Vigila las cantidades. Una pista? Existe un principio ayurvédico que reza que deberíamos comer hasta llenar las dos terceras partes de nuestro estómago y no hasta la saciedad.

Muévete. El cuerpo esta creado para la acción; una máquina perfecta diseñada para saltar, correr, reptar, trepar. Ninguna revolución se lleva a cabo desde el sofá.

Diversifica. No hagas siempre los mismos ejercicios o rutinas, cambia los estímulos. Practica distintas disciplinas que trabajen tu fuerza, resistencia, estado físico, movilidad, flexibilidad.

Medita. No me refiero solamente a la meditación propiamente dicha. Aprende a respirar de manera consciente. Conéctate con la naturaleza, visita entornos de mar, cielo, montaña, vegetación. Baila, ríe, relájate y asegúrate momentos de paz interior. Trabaja en ello cada día. Los guerreros también descansan.

Ahórrate excusas. El que quiere tiempo, lo consigue. Procura escuchar a tu organismo – esto también es un aprendizaje vital – .

Fusiónate con lo sutil de tu ser. Trabaja tu voluntad cada día. No te rindas. Confía en ti. Te aseguro que puedes convertirte en la mejor versión de ti misma.

Fuente: Nosotras

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