6 formas de combatir la depresión

Queremos enseñarte 6 formas sencillas de afrontar una depresión en esos momentos donde la vida parece haberte arrinconado en un espacio muy oscuro. Abre pues las ventanas a tu esperanza y no te pierdas estos sencillos consejos.

De momento, no existe esa pastilla infalible que nos ayude a borrar los problemas, a curar las tristezas, a resolver esa depresión que pone muros a nuestra vida y que nos impide poder “ser” y poder avanzar en felicidad en este complejo mundo.

Se dice también que ninguna depresión es igual, que “tu sufrimiento no es igual al mío” y que cada uno deberemos afrontar la depresión a nuestra manera y sin despreciar nunca la ayuda que nos presten aquellos que nos quieren.

1. La terapia de la luz

Es habitual que las personas que padecen una depresión severa busquen estar siempre en su habitación, apartadas de estímulos externos, de ruidos e incluso de la luz solar. Les duele y les molesta. De ahí que cierren incluso las ventanas buscando la penumbra.

No lo hagas nunca. Las personas somos criaturas de luz. Necesitamos el sol para poner en marcha nuestros ritmos circadianos, para sintetizar vitaminas, para encontrar fuerzas, energía y motivación. Es pues necesario que te des “baños de sol” de 15 o 20 minutos tres veces al día. Nada más levantarte, a mediodía y por la tarde, justo antes de que se vaya el sol.

2. Sal a caminar

Te lo hemos recomendado en muchas ocasiones en nuestro espacio: andar relaja, pone en marcha nuestra circulación sanguínea, alegra al corazón y cura las penas de nuestro cerebro.

No lo dudes y sal a andar todos los días durante media hora o una hora. Pasea por un parque, por un espacio natural que te permita relativizar problemas.

3. El aceite de pescado

¿Sorprendida? No es muy conocido, pero son muchos los estudios que nos llegan últimamente donde se nos demuestra que el consumo regular de aceite de pescado reduce la incidencia de la depresión y nos ayuda a que determinados neurotransmisores nos aporten más energía y motivación.

Según expertos de la Clínica Mayo, en Nueva York (Estados Unidos), basta con tomarnos una cucharadita de aceite de pescado al día (4 g) para ir mejorando poco a poco.

4. Márcate un objetivo al día

Podemos empezar por cosas muy sencillas. Cuando te levantes por la mañana, márcate como propósito salir a tomar un café y quedar con una amiga para hablar. Mañana, apúntate a algún curso, a clases de yoga, de dibujo…

Al otro, vas a ir a la peluquería para hacerte un corte nuevo de cabello. Conseguirás tener una nueva imagen con la que gustarte ante el espejo, con la que encontrarte diferente, más guapa, más valiente.

Como ves, son cosas muy sencillas. Más tarde vendrán los objetivos más complicados, esos que te ayudarán a hacer los cambios que de verdad necesitas en tu vida.

5. El apoyo de las personas más adecuadas de tu entorno

En este punto hay que ser muy cuidadosos. Hay personas que te darán una palmada a la espalda y te desearán que “te mejores pronto”. Hay quien piensa que una depresión se coge como los resfriados, que estamos tristes porque queremos.

Socialmente, la depresión, a pesar de ser una de las enfermedades con más incidencia en el mundo, aún no se comprende o se acepta en toda su realidad, en todos sus matices. “Mamá no se encuentra bien”, “Se ha cogido la baja en el trabajo porque está depresiva”. Son etiquetas que muchos utilizan sin comprender todo lo que una depresión supone.

Es por ello que debes contar con el apoyo de esas personas que de verdad te entienden, que saben escucharte, que te darán buenas estrategias para que día a día te encuentres mejor.

6. Enfoca adecuadamente tus pensamientos

Es vital que para combatir y afrontar una depresión, enfoques tus pensamientos en estas ideas:

Curar una depresión requiere tiempo. No te vas a encontrar bien de un día para otro y vas a necesitar el máximo de tus fuerzas, de tus energías.

Todos podemos sufrir una depresión. No te avergüences, no pienses que lo que te pasa a ti no le ha pasado a nadie. Millones de personas han logrado superarlo y tú no vas a ser menos. Tienes derecho a caer, pero tienes también la obligación de levantarte.

Controla los pensamientos intrusivos y negativos. El “yo no puedo”, “yo no me merezco”, “yo nunca”, “yo no sé”, “a mi no”… Estos son tus peores enemigos cotidianos y a los que vas a tener que hacer frente para, día a día, ir curando tu depresión.

Tienes derecho a llorar, a enfadarte, a necesitar tus instantes de soledad para pensar y reorganizar tu vida. Es algo normal que los demás deben también respetar.

No obstante, van a ser solo unos momentos al día. Ya verás como, poco a poco, tu necesidad por desahogarte va a ser menor y te verás con fuerzas de hacer pequeños cambios, de avanzar, de ir soltando peso hasta respirar sin la espina de la depresión.

Fuente: Salud 180

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