Cáncer de estómago
En el cáncer de estómago se produce una proliferación anormal de células en el interior del estómago. Esta proliferación puede ser benigna, en la mayor parte de los casos, o bien de tipo maligno.
Tumores benignos de cáncer de estómago
Son los pólipos gástricos. Son lesiones que protruyen (sobresalen de sus límites, se desplazan hacia delante) hacia la luz del estómago.
Al comienzo de su aparición, suelen dar síntomas inespecíficos como náuseas, dolor de estómago, y distensión abdominal.
Con esta sintomatología, el paciente acude a consulta y deben realizársele estudios radiológicos o endoscópicos para descartar algo más grave.
La complicación más frecuente es la hemorragia digestiva.
El tratamiento curativo es la resección del pólipo, que normalmente se realiza por vía endoscópica. Si las lesiones son múltiples debe hacerse un seguimiento del caso mediante gastroscopias periódicas.
Tumores malignos de cáncer de estómago
El tipo más común es el adenocarcinoma de estómago. Este tipo de tumor puede propagarse a otros lugares del organismo de varias formas: de manera local a órganos vecinos como el duodeno o el esófago; si las células tumorales alcanzan los vasos sanguíneos el tumor puede llegar a afectar a hígado, peritoneo, pulmón, huesos o piel.
El segundo tipo tumoral más frecuente en el estómago es el linfoma. Las manifestaciones clínicas son similares en ambos casos. Sólo se diferencian en la biopsia, ya que las células que lo componen son diferentes en cada caso.
Epidemiología del cáncer de estómago
Hasta hace 30 años el cáncer de estómago era una enfermedad con una tasa de mortalidad bastante alta, pero en las últimas décadas esa cifra ha disminuido de manera muy notable, gracias a la detección precoz.
Es más frecuente en países como Japón, Colombia y Chile. Dentro de España, las zonas con menor incidencia de esta enfermedad se dan en el área mediterránea.
Normalmente afecta a varones mayores de 60 años. En el caso del linfoma, suele aparecer en pacientes algo más jóvenes, sobre los 50 años. Cuando aparece en personas menores de estas edades, casi siempre es debido a herencia familiar del cáncer.