Se conoce como hierba del ajo o aliaria. Con esta sencilla planta condimentaban sus alimentos los antiguos pobladores del norte de Europa hace 6.000 años.
Un estudio presentó la que se cree es la primera prueba del uso de especias en la cocina prehistórica de Europa occidental.
Investigadores encontraron evidencias microscópicas de esta hierba, Alliaria petiolata, junto a restos de pescado y carne de rumiantes en fragmentos de recipientes de cerámica descubiertos en lo que hoy es Dinamarca y Alemania.
Los científicos, cuyo informe publica la revista cientiífica Plos One, sostienen que esta hierba tiene muy poco valor nutricional. Por consiguiente, debe haber sido utilizada para dar sabor a la comida.
Hierba del ajo
Científicos encontraron restos de aliaria o hierba del ajo en restos arqueológicos del norte europeo.
"Esta es la evidencia más antigua, hasta donde sabemos, del uso de especias en esta región del Báltico, algo que básicamente no tiene valor nutricional pero sí sabor", dice Hayley Saul, quien dirigió el estudio de la Universidad de York, en el Reino Unido.
Los indicios del sabor
Los investigadores analizaron depósitos carbonizados en vasijas que tienen entre 5.800 y 6.150 años.
Estos residuos contenían restos microscópicos de partículas minerales, denominadas fitolitos, que pueden utilizarse para identificar las plantas de las que provenían.
Gracias a estos fitolitos, los investigadores encontraron la evidencia de la hierba del ajo en los residuos.
Además, encontraron más fitolitos en los residuos del interior de los recipientes que en los del exterior. Esto demuestra, dicen los científicos, que están relacionados directamente con la práctica culinaria.
Los que estos hallazgos sugieren contradice la idea generalizada de que los cazadores recolectores sólo se preocupaban por buscar alimentos con alto valor calórico.
Fitolito entre residuos de aliementos, tal como se ve con un microscopio electrónico.
Saul cree que apuntan a algo que se parece mucho a la cocina.
"Es una idea bastante nueva para la arqueología sobre los cazadores-recolectores en Europa", asegura la investigadora en conversación con la BBC.
Según ella, es probable que estos cocineros prehistóricos hayan triturado las semillas de la hierba.
"Para obtener el sabor realmente hay que triturarla. Sospecho que si no lo hubieran hecho, habríamos encontrado más semillas intactas en los residuos."
Aunque es la primera evidencia del uso de especias en Europa, saborizar las comidas puede haber sido una práctica común en Medio Oriente mucho tiempo antes.
"Hay una cueva en Israel donde se encontró cilantro, y es de hace alrededor de 23.000 años. Pero es muy difícil hacerse una idea de cómo fue usado exactamente. La relación con la cocina es lo importante", explica Saul.
Aparentemente, aunque sabrosa, la cocina prehistórica no era nada variada. Los científicos no encontraron evidencias de otras especias.
"Yo creo que era muy creativa. No solemos reconocer cómo eran de inventivas y creativas las culturas cazadoras-recolectoras del pasado."
"Se suele ver como un período de privación culinaria en la que la gente luchaba por su vida, pero de hecho conocían su entorno y sabían cómo sacar provecho de lo que tenían."
"Yo pienso que eran muy ingeniosos", concluye Saul.