Las prohibiciones, algunas puntuales en muchos campos y casos, presentan limitaciones y pueden terminar no alcanzando los efectos deseados. Es algo a tomar en cuenta a la hora de diseñar, poner en práctica y apoyar políticas preventivas.
Por ejemplo, en la ciudad de Los Ángeles se aprobó en 2008 una ordenanza que prohibió nuevos restaurantes de comida rápida en su zona Sur, como una medida para reducir el problema de la obesidad, que perjudica mayormente a latinos y afroamericanos. Una primera evaluación de la misma no es buena. Según análisis de la Corporación Rand, entre 2007 y 2012 la obesidad aumentó de 57% a 58% a lo largo de la ciudad, mientras que en el área de la prohibición fue mayor el incremento: de 63% a 75%, compartió Pedro J. Torres, presidente y vocero de la Fundación Torres-Picón.
La región de Baldwin Hills, Leimert Park y partes del Sur y Sureste de Los Ángeles presentan los índices más serios de obesidad en la ciudad, por ello su entonces concejal, Bernard Parks, impulsó dicha prohibición como una positiva política de salud pública.
Según la Corporación Rand, la ordenananza limitó los restaurantes de comida chatarra que, por ejemplo, están solos en una esquina, en la calle. Pero en ese periodo se autorizaron 17 nuevos negocios de este tipo en centros comerciales, permitidos por la ley.
Estas informaciones vienen siendo publicadas por varios diarios locales y regionales; es útil analizarlas y compartirlas, para que a la hora de diseñar, poner en práctica y apoyar políticas preventivas, las tomemos en cuenta como ejemplo o caso de referencia, indicó Pedro J. Torres, quien como presidente y vocero de la Fundación Torres-Picón viene trabajando en prevención de la obesidad infantil.
-La mayoría de los negocios del área son tiendas de alimentos o restaurantes pequeños que están fuera del marco de la ordenanza, aunque estos sean muy populares en la venta de comidas con alto valor calórico. La obesidad es un problema epidémico dentro de la comunidad latina en los Estados Unidos; conduce a la diabetes y a problemas del corazón, también a otras condiciones de salud que afectan severamente la calidad de vida de las personas.
Adicionalmente, la obesidad, hace pagar un alto precio económico y social, tanto en gastos de atención médica y pérdida de vidas, como de productividad de los individuos.
Expertos de todo el mundo recomiendan esfuerzos colectivos para promover la nutrición saludable, el ejercicio cotidiano en las escuelas y demás centros educativos, así como atención adecuada en el hogar para mejorar los hábitos alimenticios.
El fundador y vocero de la Fundación Torres-Picón, Pedro J. Torres, enfocada en prevenir e informar sobre la obesidad infantil, invitó a no olvidar que se trata de un problema mundial, global, al que no escapan otros países, en los que también debe actuarse con la ayuda de los gobiernos locales, la empresa privada y la sociedad civil organizada, con amplio sentido de responsabilidad y en conocimiento de experiencias y estudios como los avalados por la Organización Mundial de la Salud, dependiente de las Naciones Unidas.