Si tú aún no padeces de várices, existen ciertas recomendaciones que pueden ayudarte a prevenirlas. Te las presentamos con base en la información de los especialistas de la Harvard Medical School
Siete de cada diez mujeres pueden padecer várices.
Las causas más comunes tienen que ver con el estilo de vida sedentario, el embarazo, el uso de tacones e incluso la genética. Pero, si actúas a tiempo puedes prevenirlas.
Las venas pueden llegar a ser tan grandes que son visibles a través de la superficie de la piel. Además, una pierna que presenta muchas varices se inflama, debido a que el exceso de sangre por el abultamiento comienza a filtrarse, indican los especialistas de la Harvard Medical School.
Tienen que ser con soporte elástico adecuado. Extiéndelas desde el tobillo hasta por encima de tu rodilla; hazlo a primera hora antes de salir de casa. Así comprimes las venas y ayudas a empujar la sangre de vuelta al corazón.
2. Eleva las piernas
Para que tus tobillos estén más altos que tu corazón. Acuéstate boca arriba, eleva y recarga las piernas en la pared, y haz movimientos como si anduvieras en bicicleta. La recomendación es que lo hagas dos veces al día, por 30 minutos.
3. Haz ejercicio
Activar los músculos de la pantorrilla y el muslo ayuda a bombear la sangre hacia el corazón. La natación es un ejercicio ideal debido a que la presión del agua, comprime las venas de manera similar a como lo hacen las medias.
4. Usa zapatos bajos
Aunque ames los tacones, procura no exceder su uso. Lo recomendable es que utilices zapatos bajos que te ayuden a fortalecer los muslos de la pantorrilla, y a su vez mover la sangre por la venas.
5. Mantén tu piel hidratada
Por su parte el National Institutes of Health, indica que existen ciertas fórmulas que pueden ayudarte a hidratar tu piel de manera adecuada para evitar la formación de várices. Jamás uses lociones de secado o antibióticos tópicos en esta zona sin receta médica.
6. Usa ropa suelta
Especialmente alrededor de la cintura, muslos y piernas. Las telas muy ajustadas impiden la correcta circulación de la sangre y fomenta que las várices leves se agraven en menor tiempo del esperado.
Tener várices no solo daña la autoestima, cuando el problema se vuelve crónico pueden presentarse hemorragias, debido a la ruptura de las venas, e infecciones por bacterias que ingresan en la piel dañada.
Fuente: Salud 180