Las manchas en el rostro son ese pequeño ‘gran’ problema. Y lo denomino así porque a veces una mínima lesión se convierte para quien la tiene, en una máxima urgencia.
Suele ocurriros a vosotras, las mujeres, más preocupadas en general por las cuestiones estéticas. A veces el espejo nos devuelve amplificada una pequeña imperfección, e incluso lo que creemos una imperfección.
Antes de continuar abordando el asunto de las manchas, lunares y las arañas vasculares, que también aparecen en la cara, quiero llamar vuestra atención en torno al grave problema de salud que supone el melanoma, el cáncer de piel.
No creo que sea necesario recordar la importancia de la protección máxima frente al sol. Las enfermedades de la piel a las que podemos achacar la influencia maligna de la radiación solar, siguen aumentando. No me quiero extender, ya lo sabéis: nada de exponerse de 12 a 16 de la tarde, foto protección total y por supuesto, en el caso de las que seáis madres, vuestros hijos deben estar en la sombra.
A lo que iba: cuando aparece una mancha, lo primero que hay que hacer es acudir al especialista, en este caso al dermatólogo. Es imprescindible descartar que se trate de un melanoma. Voy a daros una pequeña pista, pero insisto, tiene que ser el experto en la materia y mediante la observación in situ de la mancha o lunar. El melanoma se caracteriza por presentar bordes irregulares y cierta asimetría en su conjunto. Podéis sospechar si un lunar o mancha cambia de forma o de color.
Dicho esto, existen otro tipo de manchas, algunas también producto del exceso de horas en la playa y en la piscina. Algunas son producto de nuestro funcionamiento hormonal, de ahí que aparezcan más en las mujeres que en los varones y otras, por último, se deben a la toma de medicamentos.
En cualquiera de los casos, estoy seguro de que vais a leer – en muchas ocasiones- sobre remedios caseros para hacerlas desaparecer. Lo natural no es malo, esta afirmación por delante. Si aplicamos limón, pepino o yogur a nuestra piel no nos hará daño, al contrario, nos hidratará y refrescará en alguna medida, pero, ¡ojo! no nos solucionará nuestro problema.
Hoy en día la medicina estética se considera una buena solución para las manchas en la piel, pero también es cierto que hay algunas que no se consiguen eliminar. Todo depende de la profundidad de las mismas y del tipo de mancha.
Las más comunes son las propias de la edad. La piel tiene memoria, pero como siempre digo se queda con los malos recuerdos y el paso del tiempo y las horas al sol se quedan grabadas en ella. En estos casos aparece el llamado ‘lentigo solar’.
Otro tipo de marcas o manchas: nevus -lunares- y melasmas -máculas melánicas-, esas áreas de color oscuro que aparecen a las mujeres embarazadas y también en casos de otras que toman la píldora anticonceptiva.
En estos casos, el láser se perfila como la mejor solución, teniendo siempre en cuenta que la cuarta sesión será clave para determinar si la lesión va a desaparecer por completo. Si en esa cuarta sesión, persiste, mi opinión es que no merece la pena continuar. Lo que debe hacerse es proteger esa mancha del sol. El procedimiento es indoloro, se realiza en la clínica, dura veinte minutos, no deja señales y el paciente se incorpora de forma inmediata a su vida habitual.
Para aquellas lesiones que se encuentran en la dermis superficial, os recomiendo la microdermoabrasión, válida para esas marcas que nos hemos provocado nosotros mismos al explotarnos un granito de acné o una pústula de varicela cuando éramos pequeños.
En cuanto a la cuperosis, pequeñas alteraciones circulatorias de la piel de la cara que se manifiestan en pequeñas varices y en un enrojecimiento de la zona -chapetas malares-, el láser neodimio-Yag es el mejor método para su eliminación. Este procedimiento consiste en un haz de luz láser que atraviesa la piel y afecta al vaso sanguíneo dilatado, coagulando su contenido , y siendo reabsorbido por el organismo sin dejar ninguna cicatriz. El tratamiento es indoloro, efectivo y puede ser complementado con otros tratamientos faciales, como el peeling .
Fuente: nosotras
