Un día despiertas y decides que quieres comenzar un estilo de vida más saludable y hacer ejercicio; ¿por dónde deberías comenzar? Existe demasiada información al respecto, por eso te presentamos algunas claves básicas para armar tu propia rutina de entrenamiento
Hay que considerar 5 puntos:
1. No existe la rutina perfecta: hay muchas, algunas buenas y otras posiblemente no; sin embargo, no hay una que le sea efectiva absolutamente a todos.
Por otro lado, hay mucha tendencia a hacer copias o imitaciones de ciertas técnicas originales. Pero los pasos para llegar a tu objetivo, no son ningún secreto… solo procura armar una rutina inteligente, fundamentada en los principios básicos del entrenamiento y personalizada a tus características, necesidades y metas individuales.
2. No te cases eternamente con el mismo programa: aunque ciertamente debemos regirnos por los principios básicos del entrenamiento, esto NO quiere decir que no puedas tener la apertura a probar nuevos métodos; sobre todo después de que tu cuerpo se haya adaptado al esfuerzo.
Para ello te recomendamos estructurar un sencillo “plan de entrenamiento” basado en tus metas (qué) a corto, mediano y largo plazo ( cuándo), plasmando las rutinas que harás y el equipo que utilizarás (cómo), así como los lugares (dónde) que usarás para entrenar, pero siempre replanteándote una y otra vez, si lo que estás haciendo es o no correcto (para qué).
3. Apégate a los básicos: los ejercicios complejos tienen su lugar en rutinas más avanzadas; pero si eres principiante o intermedio, debes considerar movimientos básicos como son “sentadilla, peso muerto, bench press y remos”, ya sea con mancuernas o con barras.
Las máquinas y poleas son buenas pero limitan el movimiento de todo el cuerpo a ciertos grupos musculares y no permiten la participación de más grupos musculares… una vez que los domines, procura incrementar peso de manera progresiva, siempre y cuando no sacrifiques técnica por peso; también otra forma de darle mayor intensidad al trabajo es aumentando las series y/o repeticiones.
4. No seas inmediatista: Roma no se hizo en un día… todo lo puedes lograr, pero no quieras dar enormes saltos cuando apenas comienzas a brincar; así como para aprender a caminar tuviste que pasar por el arrastre y el gateo, así se dan las proezas. Pon una meta a la vez, no hay prisa, tomate el tiempo que sea necesario, tienes todo el resto de tu vida para lograr lo demás.
Por otro lado, si tienes sobrepeso, no quieras adelgazar y al mismo tiempo tonificarte; primero enfócate en perder peso y ya cuando estés listo, puedes llevar las rutinas de fuerza.
5. Respeta a tu cuerpo: aunque por lo general nos enfocamos más a la parte del entrenamiento; no debemos olvidar que el descanso y la alimentación, son claves en tu progreso.
Debes aprender a escuchar a tu cuerpo… cuando necesite más descanso, alimentos saludables, vitaminas, cambio de actividades, masajes, estiramientos o incluso una rehabilitación, dáselo. El respetar a tu cuerpo también
Sin importar tu nivel (principiante, intermedio o avanzado), utiliza tu sentido común; obedece esas señales internas que te indican si algo está bien o mal… pero además, siempre asesórate con un profesional ante la duda.