Además de la parte estética, la pérdida dental genera alteraciones en la masticación, mala digestión, dolores de cabeza y hasta la pérdida de otros dientes.
Cuidar de tus dientes es básico para verte y sentirte bien.
Cuando están sanos y alineados te puedes reír con seguridad. Sin embargo, el perder algunas piezas o tenerlas descuidadas puede hacerte sentir inseguro al momento de hablar. Tu parte emocional es afectada.
El doctor Luis Celis Rivas, profesor de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Odontología de la UNAM, señala que además de la parte estética, la pérdida dental genera alteraciones en la masticación, mala digestión, dolores de cabeza y hasta la pérdida de otros dientes.
De ahí la importancia del cepillado, que implica el buen mantenimiento de dientes, encías y tejidos. Al tener higiene bucal, podemos masticar bien los alimentos, tener buena digestión, hablar, sonreír, y tener expresiones de afecto.
¿Cómo te daña?
Además, la pérdida de dientes que no son sustituidos, provoca que la persona empiece a desgastar articulaciones y fuerce ciertos músculos encargados de la masticación, debido a que no existe una buena oclusión. Esto va a derivar en un dolor parcial o total de cabeza, cuello y espalda.
Por otro lado, Rivas indica que las funciones de la masticación también se ven alteradas cuando hay un desgaste severo de los dientes. Por ejemplo, en muchas personas se manifiesta una alteración llamada bruxismo, la cual consiste en el rechinamiento o apretamiento de los dientes de forma consciente e inconsciente.
Al desgastarse las piezas dentales con estas acciones, se empieza a perder altura entre todos los dientes; esto va a repercutir en la masticación, la cual será más lenta. Al no desgarrar el alimento adecuadamente, la digestión se ve afectada.
Por ello, es importante que así como acudes a exámenes médicos generales, vayas con el odontólogo periódicamente.
Fuente: Salud 180
