¿Alguna vez has escuchado el refrán “Barriga llena, corazón contento?”. ¿O aquel que dice “El amor empieza por la boca?”.
Vivimos en un mundo tan estresante, donde todo lo queremos tan rápido, que nos hemos olvidado de lo que realmente necesitamos para vivir una vida saludable: el control de los alimentos que consumimos.
En los Estados Unidos, aproximadamente el 70% de la población come fuera de casa, muchas veces consumiendo comida chatarra o de cocción rápida. Este hecho en sí es algo bastante alarmante, considerando que más del 60% de las personas tienen problemas de gordura y sobrepeso.
La gordura u obesidad conduce a problemas de salud como diabetes, colesterol, enfermedades del corazón, artritis, inflamación del cuerpo y un sinnúmero de otras calamidades.
La buena noticia es que los desbalances en la salud arriba mencionados se pueden curar o aliviar una vez que empiezas a cocinar tus propios alimentos, puesto que cuando cocinas tú tienes el control sobre los tres ingredientes más importantes para la perfecta nutrición de tu cuerpo. Yo les llamo “las tres C” : calidad, cantidad y condimentos.
Cuando dominas las 3 C, controlas tu salud y mejora tu calidad de vida.
Los alimentos chatarra y la comida de restaurantes generalmente tienen un alto contenido de azúcar, calorías, grasas y sal que influyen de forma negativa en el organismo y llevan al sobrepeso convirtiéndose en una amenaza para el corazón, dado que con el tiempo las grasas nocivas pueden causar enfermedades cardíacas.
En cambio, cuando eres tú quien cocina, tienes la elección sobre la calidad de los alimentos que vas a consumir. Por ejemplo, en lugar de utilizar grasas insalubres como las grasas trans puedes optar por aquellas que son buenas para el cuerpo como el aceite de oliva.
Además, las porciones de comida que te sirven en restaurantes suelen ser bien grandes para una sola persona, cosa que puede influir en que consumas más de la cuenta o más de lo que tu cuerpo realmente necesita.
Por otro lado, cocinando en casa, la cantidad depende de tu juicio, y aunque comas un poquito de más, los alimentos son frescos y nutren sanamente a tu organismo con vitaminas y minerales (que se han perdido en los alimentos procesados), además de mantenerte llena por más tiempo.
En tu propia cocina, mandas tú y sabes lo que estás comiendo. Cuando eliges alimentos frescos, sin aditivos o productos químicos, preferentemente orgánicos, proteges tu salud y la de tu familia.
Puedes reemplazar azúcares, sal y grasas dañinas y condimentar tus alimentos con hierbas y productos naturales para sazonar tus platos favoritos.
En resumen, cocinar nuestros alimentos en casa nos lleva a una vida más saludable y, en muchas ocasiones, nos une a las personas que amamos. Cocinar junto con nuestra familia puede ser una experiencia divertida, de acercamiento mutuo y alegre.
El hecho de preparar los alimentos con gusto, armonía y buenas energías es un acto de amor que tu familia y amigos disfrutarán y que tendrá efectos positivos y duraderos en sus vidas.
Fuente: SiempreMujer