Los alcohólicos pueden exhibir cambios de personalidad extrema, que se manifiestan como actitud defensiva, engaño o agresión.
El National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (Estados Unidos) recomienda límites de hasta dos bebidas alcohólicas por día para hombres y una para mujeres y describe un trago como una botella de cerveza de 340 ml, un vaso de vino de 140 ml y/o bebidas espirituosas de 80 grados de 43 ml.
El consumo que exceda estos límites puede llevar a tener dependencia de alcohol con posteriores efectos perjudiciales para la salud, la vida laboral y las relaciones de una persona.
Pero ¿cómo identificar a un alcohólico? y ¿cuáles son los cambios que se presentan en su personalidad? La psicóloga clínica estadounidense, Michaele Dunlap, se encargó de resolver estas interrogantes.
El aumento de los niveles de tolerancia
Una mayor tolerancia a los efectos físicos del alcohol es una señal de advertencia temprana de alcoholismo. El alcohólico necesita beber crecientes cantidades de alcohol para recién sentir sus efectos. Cuando beben socialmente, los alcohólicos toman más que otras personas a su alrededor y sin embargo permanecen sobrios en comparación con el resto. Michaele Dunlap explica que con el tiempo, el daño al hígado de un bebedor conduce a tener una "mala función hepática y una disminución notable en la tolerancia".
Síntomas de la abstinencia de alcohol
Cuando están en abstinencia, los alcohólicos pueden experimentar una variedad de síntomas como temblores, sudoración, náuseas, dolores de cabeza, pérdida de apetito, frecuencia cardíaca rápida, lentitud mental y fatiga general. También pueden sufrir síntomas severos de abstinencia (de la tercera etapa) como alucinaciones, convulsiones, confusión y fiebre. Dunlap explica que hay una tasa de mortalidad entre el 10% y el 20% asociada con el retiro en la tercera etapa. Los alcohólicos que desean superar su adicción deben consultar a un profesional para asesorarse sobre cómo enfrentar la abstinencia de alcohol.
Cambios de comportamiento
Mientras más profunda sea su adicción, más notorios son los cambios de conducta de los alcohólicos. Pueden experimentar insomnio, depresión, irritabilidad, inquietud y ansiedad. Evitan las aficiones o actividades que antes disfrutaban y solo desean participar en actividades que impliquen beber. Los alcohólicos son conscientes de su problema pero buscan excusas o culpan a otros. Por ejemplo, pueden culpar por sus hábitos a sus problemas financieros o laborales o pueden negar obstinadamente cualquier discusión sobre sus hábitos de consumo. Los alcohólicos suelen descuidar a su familia y sus esponsabilidades.
Deterioro de la relación
Los alcohólicos tienden a evitar a cualquiera, familiares y/o amigos, que les discuta sus hábitos de consumo. Sus relaciones se deterioran y podría llegar a estar cada vez más aislado. Según el sitio 'web Help Guide', los alcohólicos y los abusadores de alcohol "tienen más probabilidades de divorciarse, tener problemas de violencia doméstica, luchar contra el desempleo y vivir en la pobreza". Los familiares y amigos pueden verse oblgiados, de cierta manera, a proteger al alcohólico.