Pedro J. Torres: Manejar las emociones evita la depresión, ansiedad y obesidad

Vencer la obesidad infantil, que representa uno de los problemas de salud más extendidos en el mundo, requiere la modificación de costumbres personales: hábitos alimenticios poco saludables, el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares, las porciones extra grandes y la inactividad física o sedentarismo, pues son factores que inciden en los altos niveles de sobrepeso y obesidad.

Otro componente que se olvida con frecuencia al abordar este padecimiento es el manejo de las emociones. Pedro J. Torres, presidente y vocero de la Fundación Torres-Picón, se suma a la convocatoria y trabajo en favor de la prevención, que es uno de los ejes fuertes. También apoya el establecimiento de nuevos programas comunitarios dirigidos a educar en materia de salud.

“Realmente no existe una única causa para la obesidad y el sobrepeso. Las causas van desde el aumento del consumo de alimentos, el sedentarismo, el estrés y factores genéticos”, señala la doctora Ericka Escalante, coordinadora de la Especialidad en Obesidad y Comorbilidades de la Universidad Iberoamericana (México), quien considera que el tratamiento de una persona obesa debe incluir un acercamiento a la parte psicológica, y no enfocarse exclusivamente en la corrección de hábitos alimenticios.

Indicó que el estilo de vida actual genera altos niveles de estrés y ansiedad en las personas, los cuales son exacerbados por el estilo de vida moderno, así como por un entorno en el que abundan alimentos con bajo contenido nutricional, altos en grasas y carbohidratos, y a precios muy accesibles, que derivan en sobrepeso y obesidad.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2012), realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública, reportó que en México 48 millones de adultos están por arriba de su peso, es decir, 71% de las mujeres y 66% de los hombres mayores de 20 años padecen obesidad y sobrepeso.

LOS NEUROTRASMISORES

La bioquímica cerebral y los neurotransmisores juegan un papel importante en el desarrollo de la obesidad, sobre todo con respecto a los efectos de gratificación en el cerebro que produce la ingesta de ciertos alimentos, un tema poco estudiado en las academias.

Uno de los neurotransmisores clave que tiene que ver con esta correlación es la serotonina, sustancia producida por el hipotálamo que inhibe el apetito y que aparece en niveles anormales en personas con depresión.

El apetito por ansiedad lleva a las personas a buscar comida alta en grasas y azúcares, que son carbohidratos y actúan como fuente de glucosa; produciendo una sensación de placer después de consumirlos.

Según un estudio realizado por la Universidad de San Francisco en 2008, dicho neurotransmisor puede intervenir en la acumulación de grasa, por lo que es posible que un déficit de serotonina genere problemas de peso.

Por ello, el tratamiento para las personas que padecen obesidad o sobrepeso, debe ser multidisciplinario e implicar un cambio total del estilo de vida. Debe incluir el apoyo de psicólogos y expertos en el manejo de las emociones.

ACUDIR AL MÉDICO Y TRATARSE

No obstante, es fundamental comprender que el tratamiento es altamente individualizado, consiste ante todo en un cambio de los hábitos nutricionales, por lo que se debe dar el papel predominante a los médicos y expertos en nutrición, en tanto se investigan los agentes causales del padecimiento.

La obesidad se ha convertido en un problema para los estadounidenses. Por eso el seguro de salud se ha vuelto tan importante para cualquier persona con esta condición. Bajo la normativa de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (Affordable Care Act o ACA en inglés), la prevención es uno de los ejes fuertes y apoya el establecimiento de nuevos programas comunitarios dirigidos a prevenir la obesidad y la diabetes así como otras enfermedades prevenibles y costosas. Por eso, hay una amplia gama de exámenes preventivos a los que se puede acceder de manera gratuita o a un costo moderado.

Algunos especialistas platean de primer momento establecer un diagnóstico diferencial, ya que existen muchas patologías que cursan con obesidad. Por ello hay que hacer la diferenciación entre algunas enfermedades psiquiátricas que pueden desencadenar obesidad: Depresión mayor. Ansiedad generalizada. Ciertas formas de TOC (trastorno obsesivo-compulsivo). Bulimia (impulso exagerado o excesivo de comer, en el que puede faltar la sensación de hambre).

Una vez que se haya llegado al diagnóstico de depresión como causa de un caso de obesidad desencadenada por deseos compulsivos de comer, se iniciaría el tratamiento correspondiente.

Luego de compartir estas informaciones publicadas en medios especializados, Pedro J. Torres enfatizó que era conveniente mantener muy presente, la necesidad de acudir al médico y ponerse en tratamiento.

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