Desde la Fundación Torres-Picón, dedicada a prevenir la obesidad infantil, se comparte información y la invitación a “no olvidar que la obesidad puede llevar al fallecimiento de personas adultas, jóvenes y niños” señala su presidente Pedro J. Torres.
“Las complicaciones médicas que se derivan de la condición de obeso, incluso de personas con sobrepeso, acortan las expectativas de vida, pueden conducir a la muerte en edades tempranas; un reciente documental colocado en las redes desde México lo expone con dramatismo” comentó. Es de máxima utilidad analizar y conocer cómo debemos alimentarnos saludablemente así como mantenernos activos, realizando ejercicios, practicando deportes.
“Poncho (el niño obeso mexicano fallecido) representa a todos los niños que han muerto o podrían morir de obesidad, pongamos un alto”, se puede leer en la página de Facebook donde se volvió viral el estremecedor testimonio, que enseña cómo un menor muere de infarto en el patio de su escuela.
Alfonso Rodríguez (Poncho) murió a los 12 años por paro cardiaco en México, el pasado 2 de diciembre de 2013. “¿De qué murió Poncho?” es el nombre del video donde sus profesores y sus padres ofrecen información sobre la penosa circunstancia.
Con varios cientos de miles de reproducciones en YouTube, la pieza audiovisual ha despertado gran polémica por su fuerte mensaje. Medios digitales aclaran, sin embargo, que no ha sido posible contactar con los productores de este documental, pues no hay datos de contacto disponibles. Además, el caso de la muerte de este niño no fue registrado por los medios de comunicación en su momento.
Pedro J. Torres acota: “Sus riesgos no son broma, la obesidad infantil puede matar, con ello no se debe ni se puede jugar”.
Aprovechando la viralidad de las redes sociales, en particular de Facebook, la campaña “Ni un Poncho más”, se dice que fue hecha para combatir los casos de obesidad infantil en México y estaría basada en un hecho real. El vídeo, contiene imágenes tomadas de una cámara de vigilancia de la escuela en donde estudiaba el menor de 12 años junto con testimonios de maestros, sus padres y un médico.
Mientras comentaba esa información, el fundador y vocero de la Fundación Torres-Picón aprovechó para manifestar que desde dicha institución se promueven consejos no radicales para prevenir la obesidad infantil, algunos pueden resumirse de esta forma:
Fomentar la práctica de algún tipo de ejercicio, esto además de ayudar a mejorar el estado físico, favorece el cultivo de disciplina –compromiso, motivación, organización, voluntad, etcétera– lo cual será de gran utilidad para toda la vida. Evitar comer frente al televisor y limitar su uso a máximo 2 horas por día. Hacer por lo menos una de las comidas del día en familia y de preferencia en la mesa. Nunca prescindir de un desayuno completo compuesto por lácteos, cereales y frutas.
De esta manera, se reduce la necesidad de consumir alimentos menos nutritivos a media mañana y se mejora el rendimiento físico e intelectual en el colegio.
Evitar los jugos y cualquier otra bebida con demasiada azúcar. Involucrar a todos los miembros de la familia en las actividades relacionadas con la alimentación: hacer la compra, decidir el menú semanal, preparar y cocinar los alimentos, etcétera. Incluir en cada temporada así como en los desayunos, almuerzos o cenas un alimento de cada grupo (verduras y frutas, cereales y tubérculos y productos de origen animal).
“Pero lo más importante es acudir a chequeos y control con el médico, quien está en capacidad de diagnosticar y definir el modo de atender cada caso, contando con el concurso de otros profesionales de la salud, dado el carácter multifactorial de la obesidad”.
