(CNN) — Varios estudios científicos han demostrado que los adultos que consumen más bebidas azucaradas suelen tener mayores índices de masa corporal, en comparación con sus contrapartes que beben agua.
Pero hasta ahora, esta asociación no se había examinado de cerca en niños menores de cinco años.
La Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños eviten todas las bebidas azucaradas. Un nuevo estudio, publicado en Pediatrics, ofrece más evidencia para respaldar esa recomendación.
Los investigadores analizaron datos de la Encuesta Longitudinal de Infancia Temprana en Estados Unidos, que sigue a más de 10.000 niños que nacieron en 2001. Para este estudio, el médico Mark DeBoer y sus colegas utilizaron información de 9.600 niños que fueron examinados a los dos, cuatro y cinco años de edad.
Se les preguntó a los padres sobre la ingesta de bebidas de sus hijos, la etnicidad de la familia y su estatus socioeconómico, los hábitos de consumo de televisión o video de los niños, entre otras cosas. La estatura y peso de los niños también fueron registrados en cada examinación.
Los niños que bebían una o más bebidas azucaradas al día fueron categorizados como bebedores regulares de bebidas azucaradas, lo cual incluía refresco, bebidas deportivas y de frutas que no eran 100% jugo de frutas.
Aproximadamente el 9% de los niños de dos años, el 13% de los niños de cuatro años y el 11% de los niños de cinco años eran bebedores regulares de bebidas azucaradas. Se encontraron más consumo entre los niños negros, los niños hispanos y en familias con un estatus socioeconómico más bajo.
Los investigadores no encontraron un vínculo entre el consumo de bebidas azucaradas y la obesidad cuando los niños tenían dos años, pero los resultados cambiaron cuando los participantes de su estudio tenían cuatro y cinco años. Los bebedores regulares de bebidas azucaradas en esta edad eran más propensos a tener sobrepeso u obesidad que los bebedores no frecuentes.
Los autores del estudio también encontraron que los niños que a los dos años bebían más de una bebida azucarada diariamente, tenían un mayor incremento de IMC a los cuatro años.
Era más probable para los niños consumidores regulares de bebidas azucaradas tener una madre con sobrepeso u obesidad. También eran más propensos a ver más de dos horas de televisión al día.
Además, los investigadores encontraron que los que tomaban bebidas azucaradas regularmente, eran menos propensos a beber leche, lo que podría “subrayar problemas nutricionales adicionales”, escribieron los autores del estudio.
Los datos recogidos en la Encuesta Longitudinal de Infancia Temprana están basados en las respuestas de los padres a las preguntas, así que los niños podrían haber consumido más, o menos, bebidas azucaradas que las reportadas por los padres.
Los autores del estudio tampoco tuvieron acceso a información sobre la ingesta calórica general de los niños o su actividad física, lo que pudo haber jugado un papel en su peso.
Este estudio “además plantea la necesidad de que los pediatras y profesionales de la salud desalienten fuertemente el consumo de bebidas azucaradas en la infancia temprana”, escribieron los autores.
“Adicionalmente, desde una postura de salud pública, se debe hacer una consideración fuerte hacia los cambios de política que lleven a reducir el consumo de bebidas azucaradas en niños”.
En una editorial complementaria, también publicada en Pediatrics, las médicos Anisha Patel y Lorrene Ritchie recomiendan:
• Establecer estándares de venta de productos saludables en los parques.
• Hacer que la leche o el agua sean la elección primordial para las comidas para niños en restaurantes.
• Proporcionar entrenamiento para los proveedores de cuidado infantil.
• Prohibir el marketing de bebidas azucaradas dirigido a los niños.