La planta de lechuga, además de ser un buen alimento posee varios usos medicinales y aplicaciones curativas, las cuales se concentran exclusivamente en las hojas. La lechuga, conocida científicamente como Lactuca sativa, tiene propiedades sedantes.
Esta característica puede ser aprovechada mediante el consumo de la lechuga como ensalada o por la ingesta de una infusión realizada con las hojas de esta planta. Por esta propiedad la lechuga sirve para tratar casos de ansiedad y nerviosismo, además de ser útil contra el insomnio.
La infusión de hojas de lechuga tiene propiedades expectorantes, por lo cual su consumo se recomienda para tratar enfermedades del sistema respiratorio, como bronquitis o el exceso de tos.
Las hojas de la lechuga tienen propiedades de emenagogo, debido a esto son útiles para disminuir los dolores ocasionados por la menstruación. Además sirven para disminuir los síntomas premenstruales.
La mejor forma de utilizar esta propiedad es consumiendo infusiones de hojas de lechuga. El consumo de manera regular de lechuga, ayuda a que la circulación sanguínea mejore, de esta forma se reduce el riesgo de padecer de arteriosclerosis.
Debido a esta misma propiedad, la lechuga ayuda disminuir el colesterol en la sangre.
La lechuga tiene propiedades diuréticas, por esto sirve para tratar enfermedades como la nefritis, cistitis, infecciones urinarias y cálculos renales. Además tiene propiedades carminativas, siendo útil para tratar la flatulencia y el meteorismo.
La mejor manera de aprovechar estas dos propiedades es mediante el consumo de infusiones de hojas de lechuga. La infusión de lechuga puede ser aplicada de manera externa para reducir el dolor causado por golpes o torceduras.
La lechuga tiene propiedades que ayudan a cuidar y limpiar el cutis, siendo muy recomendable para tratar el acné.
Para aprovechar esta propiedad se deben triturar las hojas de la lechuga hasta formar una pasta, la cual debe ser aplicada sobre la piel.