La grasa abdominal es una de las más difíciles de perder, porque la grasa no se pierda en la zona donde deseas, por eso con la alimentación adecuada, ejercicio y mucha disciplina puedes rebajarla.
Pero también existen algunas razones que impiden que esto ocurra.
Fumar. Puede que te quite el apetito, pero fomentaría el almacenamiento de la grasa en tu abdomen, según las conclusiones de un estudio publicado en 2012 en la revista científica PLoS One. Los fumadores reclutados por investigadores de Corea del Sur presentaban más grasa en dicha región del cuerpo que los no fumadores.
El picoteo entre comidas. Distribuir las calorías diarias en “mini comidas” a lo largo del día, podría llevarte a acumular grasa en la zona abdominal, según un estudio reseñado por la revista Prevention. Esto podría deberse al metabolismo, que se beneficiaría con tres comidas diarias en lugar de varias pequeñas que sumen la misma cantidad de calorías, según los investigadores.
Cambios hormonales. Después de la menopausia, tu cuerpo produce menos estrógeno y aumenta la proporción de andrógeno, una hormona masculina.
Esta variación motivaría que las grasas comenzaran a localizarse entre las caderas y el vientre, detalla la Fundación Livestrong. Aparte, después de los 30 años empiezas a perder masa muscular y disminuye tu metabolismo.
Tienes los genes de la obesidad. Ciertos genes podrían dificultar tus planes de reducir el tamaño de tu barriga, de acuerdo con un estudio en 57 mil personas, publicado en 2014 en la revista científica Human Molecular Genetics. Los investigadores descubrieron que cinco genes influirían en la relación entre cadera y cintura, predisponiéndonos a acumular grasa en la zona abdominal, recopila Prevention.
Estás estresada. Las tensiones atentarían contra tus ganas de bajar de peso y de eliminar la grasa abdominal. Esto se debería a que el estrés aumenta los niveles de la hormona cortisol que, junto con la insulina, actuarían en conjunto para llevarte a almacenar las calorías extra que consumes en forma de grasa abdominal, advierte la Dra. Claire Wheeler en la revista Health.
Padeces una enfermedad. Ciertos problemas que elevan el nivel de la testosterona, como el síndrome de ovario poliquístico, podrían convertirse en obstáculos a la hora de perder grasa abdominal, reporta Health.
Tienes un "cuerpo de manzana". Hay mujeres que tienen una tendencia a acumular grasa en la zona de la cintura (de allí la silueta con forma de manzana), mientras que otras lo hacen en las caderas y muslos (tienen “cuerpo de pera”). Esto tendría un componente genético, indicala Clínica Mayo.
Estás durmiendo mal. Un estudio en adultos menores de 40 años encontró que si dormían cinco horas o menos cada noche, acumulaban más grasa visceral, reseña el portal de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard. Eso sí, tampoco te excedas. A aquellos adultos jóvenes que dormían más de ocho horas les sucedía lo mismo, no así a los mayores de 40 años.
No comes acorde a tu edad. Después de los 40 años, el metabolismo disminuye, por lo tanto deberías reducir tu ingesta calórica para evitar engordar. Si tienes entre 31 y 50 años y eres sedentaria, posiblemente deberías consumir alrededor de 1.800 calorías diarias, dependiendo lo que te recomiende el médico. Y si tienes 51 o más, y no haces ejercicio físico, probablemente tendrías que bajar esa cantidad a 1.600, detalla la Fundación Livestrong.
No estás haciendo la actividad física adecuada. Los abdominales pueden fortalecer tus músculos, pero no esfumarán la grasa visceral. Sí podrías combatirla mediante una actividad aeróbica sumada a tus ejercicios de fuerza, destaca la Universidad de Harvard .
Recuerda consultar a un médico antes de realizar cualquier modificación en tu dieta o rutina de actividad física.
