El miedo al amor también existe, al igual que el terror a las arañas, a las palomas o a la oscuridad. Y puede elevarse al grado de fobia. Sin embargo, en este caso se da una triste paradoja: evitar aquello que da miedo –el amor– puede provocar una vida totalmente infeliz.
Se conoce como Filofobia
Un nombre extraño, ciertamente… o no tanto si nos fijamos en su origen, la lengua griega. Filo significa amor y fobos, pánico. Ahora sí está más claro. Pues eso es precisamente lo que sienten las personas con filofobia: auténtico pavor a caer en las garras del amor o del enamoramiento.
¿Cómo se trata?
Algunas de las estrategias que se usan para vencer esta fobia son la hipnoterapia, la terapia de exposición o de choque o la PNL (Programación Neurolingüística) y suelen ser eficaces. El problema está, al contrario de lo que ocurre con otras fobias, en que en este caso la persona puede no reconocer que se trata de un miedo irracional e insistir en que “él es así”.
Luego, son los más amorosos
Una vez que estas personas logran vencer sus temores y sobreponerse al “esfuerzo” que para ellos supone amar, suelen ser ardientes, entregados y muy cariñosos. Suelen cuidar las relaciones de pareja al máximo, tener una visión de conjunto y apreciar los beneficios de compartir un proyecto de vida porque no han experimentado anteriormente nada similar.
