¿Sabías que existen 400 tipos de trastornos mentales? Así informa la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y hoy te presentamos el perfil de cinco de ellas, que se encuentran entre las más comunes en el mundo.
La salud mental tiene muchas amenazas y en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Miguel Gutiérrez, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, nos abre el panorama al respecto y nos ayuda a entender cinco de las enfermedades más comunes.
Antes que nada, hay que saber que los trastornos mentales están agrupados en cinco bloques. Los tres primeros engloban las que describimos después:
- Trastornos afectivos (depresiones y distimias) - Trastornos de ansiedad (fobias, angustias, obsesivos compulsivos, somatización, etcétera) - Adicciones - Trastornos psicóticos (Esquizofrenia, bipolaridad, entre otras) Trastornos relacionados a la tercera edad (demencias, trastornos del sueño, etc)
1. Depresión
Puede ocurrir luego de una gran decepción, la pérdida de algo valioso o alguien importante, enfermedades físicas largas o el abuso del alcohol y las drogas, entre otras. También puede tener un origen biológico, es decir, causada por un desequilibrio químico en el cerebro.
No tienen que presentarse todos, pero la mayoría de los enfermos muestran por lo menos cinco de los siguientes:
- Infelicidad la mayor parte del tiempo. - La tristeza es tan intensa que interfiere con la vida diaria. - Pérdida del interés en la vida y no disfrutas de nada. - Sentimiento de estar agotado pero a la vez, inquieto y agitado. - Dormir poco. - Se pierde el interés en el sexo. - Sentimiento de irritabilidad. - Pensamientos suicidas.
Entre el 10 y el 15% de la población tendrá alguna vez un cuadro depresivo en su vida, señala Miguel Gutiérrez.
Es importante mantenerse cerca de los seres queridos y afrontar el problema que ha causado la depresión hablándolo.
“En los estados depresivos puede haber una complicación que en psiquiatría es la más grave: el suicidio, por eso es fundamental tratarlos”, subraya el presidente de la SEP.
Terapia Cognitivo Conductual (TCC). Ayuda a superar los pensamientos negativos. Son interpersonales y dinámicas.
Psicoterapia. Hablar con un experto puede ayudar a expresar los sentimientos. El proceso puede variar desde 5 a 30 sesiones antes de que el enfermo se recupere por completo.
2. Ansiedad, pánico y fobias
El pánico y las fobias afectan a una de cada diez personas en algún momento de la vida. De acuerdo con la SEP, la ansiedad es un sentimiento normal de temor ante situaciones difíciles pero, si es demasiado fuerte, puede paralizar a la persona.
“El pánico es un aumento de ansiedad súbito e inesperado; como respuesta, uno quiere salir de la situación que lo ha provocado”, define la Sociedad Española de Psiquiatría. Por su parte, la fobia “se trata de un temor a situaciones o cosas que no son peligrosas y que la mayoría de la gente no encuentra molestas”.
Ansiedad. El enfermo se siente preocupado todo el tiempo, cansado, irritable y duerme mal. Físicamente presenta síntomas como dolores, temblores, respiración profunda, mareos, desmayos, indigestión y diarrea.
Pánico. Se presenta como sensación de miedo y la pérdida repentina de control. La velocidad de la respiración aumenta, el corazón palpita con fuerza, se suda y hay pensamientos de muerte.
Fobia. Llega como ansiedad pero solo en ocasiones específicas. Si una persona le teme a los perros a un nivel de fobia, procurará que su rutina gire en torno a un ambiente seguro. Si no se trata, con el tiempo el miedo domina la vida de la persona.
La ansiedad puede ser un síntoma del consumo de drogas tales como el LSD, las anfetaminas o el éxtasis.
Circunstancias amenazantes ocurridas en la vida de una persona le pueden generar ansiedad, pánico o fobia, por ejemplo, un accidente automovilístico en el que haya estado involucrado.
La ansiedad tiene prevalencia entre un 1% y un 5% de la población en España, de acuerdo con el doctor Miguel Gutiérrez.
Psicoterapia. Hablar con un profesional es de ayuda para comprender el problema y solucionarlo.
Medicación. En algunas ocasiones se recomienda el uso de tranquilizantes, como el Valium, aunque suelen ser muy adictivos, por lo que solo deben tomarse por un par de semanas y bajo cuidado médico.
Los antidepresivos también funcionan, pero tienen efectos secundarios como náuseas, somnolencia, mareo, sequedad en la boca y estreñimiento.
3. Trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.)
Según define la Sociedad Española de Psiquiatría, las obsesiones son “pensamientos que aparecen aún sin quererlos, no tienen sentido y pueden ser desagradables”, mientras que las compulsiones “son actos que la gente piensa que tiene que hacer incluso cuando no quiere”.
El enfermo mental vive preocupado por sus compulsiones y no hacerlas lo afectan de sobremanera.
Se le invierte mucho tiempo del día a la actividad compulsiva al grado de interferir en las actividades diarias.
Afecta a gente de todas las edades. En gente joven, se presenta en el 1% de la población.
No se sabe qué lo causa, aunque los médicos creen que tiene que ver con un desequilibrio de la serotonina, sustancia química que produce el cerebro.
Terapia conductual. Se ayuda al afectado a controlar su compulsión reconociéndola como tal y llevando un diario para saber cada cuánto la realiza.
Medicación. Se utilizan sustancias como la fluoxetina y la clomipramina, ambas actúan en la serotonina.
Aunque ayuda a un 70% de los que padecen TOC, la SEP subraya que suelen empeorar al dejar el medicamento. Se recomienda combinarlo con la terapia.
4. Estrés postraumático
Ocurre después de haber estado involucrado en hecho traumático, directa o indirectamente. Aunque mucha gente lo supera sin necesidad de ayuda, hay otros que lo canalizan hasta el grado de tener síntomas físicos que afectan su vida diaria.
Los síntomas del estrés postraumático son tanto físicos como mentales. EFE /Xoan Rey
Los síntomas pueden presentarse días, semanas y a veces hasta años después de ocurrido el hecho.
- Se presentan pesadillas o flashbacks constantes sobre la situación traumática. - El afectado mantiene “la guardia” y cree que el peligro volverá en cualquier momento. - Físicamente puede haber diarrea, dolores musculares, dolor de cabeza, depresión y abuso de drogas, incluyendo analgésicos.
Después de haber pasado por una tragedia es normal tener algunos de los síntomas mencionados, pero uno de cada tres individuos no logra superarlos con el paso del tiempo y requiere ayuda.
En niños, el estrés puede presentarse en sus juegos, en donde suelen recrear el hecho traumático una y otra vez.
Durante el padecimiento de este trastorno, la adrenalina se mantiene en niveles altos, razón por la que el afectado no puede relajarse.
EMDR (movimiento ocular, desensibilización y reprocesamiento). Es una técnica que utiliza el movimiento de los ojos para ayudar al cerebro a procesar los flashbacks y darle sentido a la experiencia traumática.
Medicación y terapia en grupo. Ambas están catalogadas por la SEP como dentro de las más eficaces. Entre los medicamentos recomendados están los antidepresivos.
El abuso de sustancias legales o ilegales está relacionado con distintos trastornos mentales, desde la depresión hasta la psicosis. Aquí, puede que la enfermedad lleve a la adicción o viceversa.
- Dependencia a alguna o varias sustancias que alejen al enfermo de su realidad. - Apatía y desinterés por la vida y los seres queridos. - Autolesiones. - Depresión y hasta intento de suicidio. - Psicosis, es decir, cuadros delirantes y alucinatorios que no siempre se curan.
De acuerdo con el presidente de la SEP, Miguel Gutiérrez, las personas que se hacen adictas a una sustancia probablemente tengan condicionantes biológicos genéticos que los haga más vulnerables.
En jóvenes, afecta al desarrollo psicológico y a su adaptación social. Las drogas ilegales tienen una prevalencia de 3% en el país.
Terapias en grupo y rehabilitación para lograr la abstinencia total del uso de drogas.
El poder está en actuar
La información es útil, enfatiza el doctor Miguel Gutiérrez, y es importante acudir al especialista si hay sospecha de que se tiene alguna enfermedad mental para tratarla a tiempo.
“Los tratamientos y los diagnósticos son individuales. Si no se conoce a un paciente, nunca sabremos lo que es bueno para él, por eso no hay consejos colectivos y menos cuando hablamos de psiquiatría”, enmarca el experto.